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lunes, 15 de agosto de 2016

Devocional del Libro Maranatha

La Cima de la Perfección Cristiana, 6 de agosto

Ago_6
Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20.MSV76 224.1
Si hacéis de Dios vuestra fortaleza podréis alcanzar, aun bajo las condiciones más desalentadoras, una altura y una amplitud en la perfección cristiana que ahora os parecen imposibles de lograr. Vuestros pensamientos pueden ennoblecerse; podéis tener aspiraciones dignas, vislumbres claras de la verdad y propósitos de acción que os eleven por sobre toda motivación sórdida.MSV76 224.2
Si deseáis alcanzar la perfección del carácter debéis poner en juego el pensamiento y la acción. Mientras os halléis en contacto con el mundo, debéis cuidaros de no buscar ansiosamente el aplauso de los hombres ni de vivir conformándoos a su opinión. Actuad prudentemente si queréis andar por camino seguro; cultivad la gracia de la humanidad y apoyad vuestra alma desvalida en Cristo. Podéis ser hombres de Dios en todo sentido. En medio de la confusión y la tentación que representa el tumulto mundano, podéis mantener con toda tranquilidad la independencia de vuestra alma.
Si tenéis comunión diaria con Dios, aprenderéis a estimar a los hombres en la medida en que él lo hace, y cumpliréis con agrado el deber que tenéis de auxiliar a la humanidad sufriente. No sois dueños de vosotros mismos. El Señor tiene derechos sagrados sobre vuestros más grandes afectos y el servicio supremo de vuestra vida. Tiene derecho de usaros para su honra y gloria hasta el límite máximo de vuestra capacidad física y espiritual. Sea cual fuere la cruz que os toque llevar… debéis aceptarla sin una queja.
Muchos viven sin Dios y sin esperanza… Son pecaminosos, corrompidos, degradados y se hallan cautivos de los engaños de Satanás. Pero son precisamente aquellos a quienes Cristo vino a redimir. Son el objeto de su más tierna compasión, simpatía e incansable esfuerzo, pues se hallan al borde de la ruina. Sufren por sus deseos insatisfechos, por sus pasiones desordenadas y por los reproches de su conciencia; se sienten miserables en todo el sentido de la palabra, pues están perdiendo su esperanza para esta vida y no tienen ninguna perspectiva para la vida futura.
Tenéis un campo de labor importante. Debéis ser activos y vigilantes y obedecer gozosa e incondicionalmente las demandas del Maestro.

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