¿Por qué la Biblia católica tiene más libros que la protestante?
La Biblia protestante está constituida por 66 libros, 39 de los cuales forman el Antiguo Testamento y 27 el Nuevo Testamento. La Biblia católica posee, además de estos 66 libros, otros siete libros completos (Tobías, Judit, I Macabeos, II Macabeo, Baruc, Sabiduría y Eclesiástico) y algunos añadidos al texto de los libros de Ester (10: 4 a 11: 1 o a 16:24) y Daniel (3: 24-90, caps 13 y 14). Estos libros y fragmentos adicionales son llamados deuterocanónicos, por los católicos, y apócrifos, por los protestantes.
Los apócrifos (o deuterocanónicos) fueron producidos, en su mayoría, durante los dos últimos siglos a.C. Aunque no formaban parte de la Biblia hebrea de los judíos de Palestina, ellos fueron incorporados a la traducción de la Biblia al latín (Vulgata Latina), que preservó y popularizó esos añadidos durante la Edad Media. El Concilio de Trento decretó en su Cuarta Sesión, reunida el 8 de abril de 1546, que aquellos que no reconocieren los apócrifos de la Vulgata Latina como genuinamente “sagrados y canónicos” debían ser anatemizados. Por lo tanto, todas las versiones católicas de la Biblia preservan hasta hoy estos escritos.
Los protestantes, a su vez, reconocen el valor histórico de los apócrifos, pero no los consideran como canónicos o inspirados. Esta posición se deriva del hecho de que estos escritos (1) no son parte del canon hebreo del Antiguo Testamento; (2) no han sido citados por Cristo o por los apóstoles en el Nuevo Testamento; y (3) presentan enseñanzas contrarias al resto de las Escrituras. Entre estas enseñanzas se encuentran, por ejemplo, las falsas teorías de la existencia del purgatorio (Sabiduría 3: 1-9, contrasta con el Salmo 6: 5, Eclesiastés 9: 5, 10); de las oraciones por los muertos (II Macabeos 12: 42-46, contrasta con Isaías 38:18 y 19); de que los ángeles buenos mienten (Tobías 5: 10-14, contrasta con Mateo 22:30, Juan 8:44); de que el fondo de los órganos de un pez, puestos sobre brasas, espanta a los demonios (Tobías 6: 5-8, contrasta con Marcos 9: 17-29); de que las limosnas expían el pecado (Tobías 12: 8 y 9, Eclesiástico 3:30, contrasta con I Pedro 1:18 y 19, 1 Juan 1: 7-9). Esto nos impide aceptar la inspiración y la canonicidad de los escritos apócrifos (o deuterocanónicos).
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