HAY GRAN SIMILITUD ENTRE NUESTRA HISTORIA Y LA DE LOS HIJOS DE ISRAEL
El pueblo de Dios será dirigido en su éxodo del mundo por la palabra de Dios que es una lumbrera en el camino:
Salmo 119:105:
“Lámpara a mis pies es tu palabra y lumbrera a mi camino.”
Dios condujo a su pueblo de Egipto al desierto, donde podía guardar su ley y obedecer su voz.
Los egipcios, que no respetaban a Jehová, acamparon cerca de Israel; sin embargo, lo que para los israelitas era un gran raudal de luz, que iluminaba todo el campamento y resplandecía sobre la senda que se tendía ante ellos, fué para las huestes del Faraón una muralla de nube que obscurecía aún más las tinieblas de la noche.
Así también, en este tiempo, hay un pueblo a quien Dios ha hecho depositario de su ley. Para quienes los acatan, los mandamientos de Dios son como una columna de fuego que los ilumina y los conduce por el camino de la salvación eterna. Pero para aquellos que los desprecian, son como las nubes de la noche. 1 JT 453.1
La nube que fue una muralla de tinieblas para los egipcios, fue para los hebreos un gran torrente de luz, que iluminó todo el campamento, derramando claridad sobre su sendero.
Así las obras de la Providencia acarrean a los incrédulos tinieblas y desesperación, mientras que para el alma creyente están llenas de luz y paz. El sendero por el cual Dios dirige nuestros pasos puede pasar por el desierto o por el mar, pero es un sendero seguro.
El León de Judá, tan temible para los que rechazan su gracia, será el Cordero de Dios para los obedientes y fieles.
La columna de fuego que anuncia terror e ira al transgresor de la ley de Dios, es una señal de luz, misericordia y liberación para los que guardan sus mandamientos. El brazo que es fuerte para herir a los rebeldes, será fuerte para librar a los leales. Todo el que sea fiel será salvo. (HAp 470.3)
Mateo 24:31
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Cómo custodiará Dios a su pueblo en la gran lucha final con los poderes del mal?
Salmos 105:39
Extendió una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche.
Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles…
El estandarte de su invisible caudillo estaba siempre con ellos. Durante el día la nube dirigía su camino, o se extendía como un dosel sobre la hueste. Servía de protección contra el calcinante sol, y con su sombra y humedad daba grata frescura en el abrasado y sediento desierto.
A la noche se convertía en una columna de fuego, que iluminaba el campamento, y les aseguraba constantemente que la divina presencia estaba con ellos.
En uno de los pasajes más hermosos y consoladores de la profecía de Isaías, se hace referencia a la columna de nube y de fuego para indicar cómo custodiará Dios a su pueblo en la gran lucha final con los poderes del mal:
Isaías 4:5-6
“Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel, y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero”.
En el tiempo de prueba que nos espera, Dios pondrá garantía de seguridad sobre todos aquellos que hayan guardado la palabra de su paciencia.
Isaías 26:20
Cristo dirá a sus fieles: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación”.
Fb América en la Profecía
Fuentes:
DEVOCIONAL DIOS NOS CUIDA, Elena G. de White
Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 31
Hechos de los Apóstoles, cap. 57, p. 58
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