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miércoles, 22 de enero de 2020

El Primer Pecado en el Cielo


¿CUAL ES EL PECADO QUE NUNCA SE DISCIPLINA?
Como seres humanos somos propensos a condenar acciones pecaminosas, tales como matar, robar, adulterar, vender cocaina, y secuestrar, etcétera...
Aun, ninguna junta de Iglesia estaría dispuesta a poner como líder o anciano a alguien que practique tales cosas. Pero existe un pecado que está por encima de todos estos, y que muchas veces se pasa por alto, un pecado que para Dios es el más detestable y abominable, y es el pecado del orgullo.
Los que están en peligro de caer en este pecado son los ministros, ancianos y todos aquellos que conocen, mientras más se conoce, este pecado puede llegar a posicionarse del alma.
“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado.” Proverbios‬ ‭21:4‬ ‭RVR1960‬‬
La altives de ojos está en la primera lista “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.” Proverbios‬ ‭6:16-19‬ ‭RVR1960‬‬
“Al borracho se le desprecia y se le dice que su pecado le excluirá del cielo, mientras que demasiado a menudo el orgullo, el egoísmo y la codicia no son reprendidos. Sin embargo, son pecados que ofenden en forma especial a Dios, porque contrarían la benevolencia de su carácter, ese amor abnegado que es la misma atmósfera del universo que no ha caído. El que comete alguno de los pecados más groseros puede avergonzarse y sentir su pobreza y necesidad de la gracia de Cristo; pero el orgulloso no siente necesidad alguna y así cierra su corazón a Cristo y se priva de las infinitas bendiciones que El vino a derramar”. – {CC 30.1}
El orgullo llevó a la caída del Lucifer, quería exaltarse así mismo por encima del creador (Isaías 14:13; Ezequiel 28:17), el orgulloso cierra todas las avenidas del alma y no se siente necesidad de arrepentimiento. La parábola del publicano y el fariseo recalca esta historia lóbrega (Lucas 18:9-14).
Este pecado se puede vencer como cualquier otro, al mirar a Jesús nuestro mayor ejemplo de humildad y mansedumbre, aunque era y es Dios nunca estimó ser igual a Dios, se humilló hasta lo sumo para ser una ofrenda perfecta.
“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses‬ ‭2:6-11‬ ‭RVR1960‬‬
Autor: Rafael Díaz

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