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sábado, 16 de marzo de 2019

¿Como Lo Supo con 135 años de Antelación?

Es una costumbre común entre la gente del mundo comer tres veces por día, además de ingerir alimentos a intervalos irregulares entre las comidas; y la última comida es generalmente la más pesada y se la ingiere a menudo antes de acostarse. Esto es invertir el orden natural, pues una comida copiosa no debe nunca ser ingerida tan tarde. Si estas personas cambiasen sus hábitos y comiesen sólo dos veces por día, sin ingerir nada entre las comidas, ni siquiera una manzana, una nuez, ni fruta alguna, el resultado se vería en forma de un buen apetito y de un notable mejoramiento de la salud. Ellen White -The Review and Herald, 29 de julio de 1884. CRA 215.5

https://actualidad.rt.com/actualidad/308797-depender-peso-horarios-comida-digestion

¿Cómo afectan al peso los horarios de la comida?

Publicado: 16 mar 2019 00:10 GMT
Los ritmos circadianos, el metabolismo y la digestión están estrechamente relacionados, según numerosos estudios.
Imagen ilustrativa
Imagen ilustrativa.

Cada vez más estudios apuntan a que un factor crucial que afecta a nuestro peso es la violación de los ritmos circadianos del cuerpo, que le ayudan a prepararse para lo que le espera: sueño, comida y otras actividades. Es decir, es importante no solo lo que comemos, sino también cuándo lo hacemos, recoge el portal Republic.
La importancia de los horarios de nuestra comida fue demostrada por un estudio realizado en el 2013 por un grupo de investigadores israelíes. Las participantes del estudio que sufrían de sobrepeso limitaron la cantidad de calorías consumidas a diario a 1.400 kilocalorías. Además, se dividieron en dos grupos, uno de los cuales consumía más kilocalorías en la primera parte del día, y el segundo más por la tarde. Después de tres meses de dieta, las mujeres del primer grupo perdieron 2,5 veces más peso que las del segundo.

'Reloj molecular' 

No hay duda de que los ritmos circadianos del cuerpo están estrechamente relacionados con el metabolismo y la digestión. En cada célula del cuerpo hay 'relojes moleculares' que regulan los procesos en su interior, entre ellos la producción de hormonas y neurotransmisores, la presión arterial y la actividad del sistema inmunológico.
Esos 'relojes' en diferentes órganos están sincronizados entre sí y controlados por una pequeña área del cerebro que se encuentra en el hipotálamo y se denomina 'núcleo supraquiasmático'. La actividad de las neuronas del núcleo cambia durante el día y reacciona a la luz externa, así como a otras señales como la temperatura o los alimentos.
Debido a los ritmos circadianos, en diferentes momentos del díase activan distintas reacciones bioquímicas, lo que permite al cuerpo realizar mejor sus funciones, recuperarse y cambiar de tareas. Es por eso que durante un cambio abrupto de zonas horarias, una persona tiene problemas con el sueño y la digestión, o incluso puede sentir el malestar general.
Según estudios modernos, el funcionamiento de las células hepáticas y del sistema digestivo depende de los horarios de la comida y su cantidad. El metabolismo de las grasas y los carbohidratos de los alimentos es un proceso complejo que requiere la coordinación de numerosos órganos: el hígado, los intestinos, el páncreas, entre otros. Cuando se interrumpe el trabajo sincrónico, el cuerpo se vuelve menos efectivo. Por ejemplo, un equipo internacional de científicos descubrió en una investigación del 2014 que el sueño irregular puede duplicar el rendimiento de la sensibilidad a la insulina y la actividad inflamatoria.
Existen otros estudios de este tipo que indican que la hora de la comida puede afectar al metabolismo, el peso corporal, el sueño y otros indicadores de la salud. Además, hay investigaciones que identificaron (en ratones y seres humanos) el efecto positivo de 'una alimentación con restricción de tiempo', en la que todas las comidas del día deberían producirse en una 'ventana' de 8 o 10 horas.
Así, la ingesta de alimentos más rica en energía no debe posponerse para la segunda mitad del día, y la regularidad de los hábitos dietéticos puede convertirse en un hábito muy saludable, de la misma manera que la ingesta de vegetales y la reducción del consumo de azúcar. 

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