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miércoles, 26 de agosto de 2020

La Salud del Colon

LA MUERTE COMIENZA EN EL COLON.
“A nosotros nos enseñaron a bañarnos y a lavarnos los dientes, pero nunca nos han enseñado como tener una buena higiene intestinal, nunca nos han ensañado como tener una buena higiene del hígado y nunca nos han enseñado como tener una buena higiene del sistema linfático.
El estreñimiento o dificultad para evacuar es la principal causa de nódulos tiroideos.
¿Qué relación tiene el colon con la tiroides? El sistema linfático nace en los intestinos y desemboca en la sangre, por lo tanto, si usted tiene los intestinos sucios, usted tiene la sangre sucia, los pulmones sucios, la tiroides sucia. Esos venenos empiezan a generar nódulos, quistes, miomas, fibromas. Son toxinas que no salen del cuerpo y que se empiezan a acumular en ciertas áreas del mismo.
Todas esas toxinas secundarias a ese estreñimiento o retención de venenos generados por fermentación, por putrefacción, por acidificación y por enranciamiento, si no son eliminados al inodoro se empiezan a estancar en diferentes partes del organismo y es cuando comienzan a generar nódulos en la tiroides o cáncer tiroideo. También en las mamas empiezan a generar quistes o fibroadenomas de la mama; en los ovarios empiezan a generar quistes de ovario o miomas en el útero; o quistes en el riñón, o quistes en el hígado. Todo es consecuencia de la acumulación de venenos y toxinas en el cuerpo por una mala eliminación secundaria a un estreñimiento y a un congestionamiento del sistema linfático.
Toda la máquina empieza a fallar y empieza a sufrir. El estreñimiento es la causa del flujo vaginal blanco. La mayoría de las personas que se enferman de rinitis, sinusitis, bronquitis, neumonía, gripes frecuentes, asma, tos, tos alérgica, tos nocturna, tienen que ver con un colon sucio y tóxico. La relación es directa, porque si usted deja estancada esa materia fecal, la misma se va a fermentar, y toda esa materia fecal estancada y atollada va a tener un grado de putrefacción que va a generar una cantidad de toxinas y de venenos que si no son expulsados entran a la circulación linfática. Y van a entrar a una bolsa o cisterna de Pecquet que está ubicada en la parte lumbar, y toda esa toxicidad va a rodar o fluir por un vaso linfático gigante que se llama tubo torácico, y va a llegar a la circulación general a nivel pulmonar en la vena subclavia que está al nivel de las clavículas. Por lo tanto, toda esa toxicidad llega prácticamente al cuello y se va a empezar a intoxicar el pulmón, las vías respiratorias y la sangre. El estreñimiento es la principal causa de enfermedades pulmonares, el estreñimiento es la causa principal del colon irritable; esa retención de materia fecal produce colon irritable, inflama las paredes del intestino. El intestino tiene terminaciones nerviosas que son sobreexcitadas e irritadas por ese envenenamiento que ocurre por dejar la materia fecal mucho tiempo estancada Eso hace que la persona comience a sentir cólicos, calambres abdominales retorcijones. El estreñimiento es la peor enfermedad. Por eso lo más importante para eliminar las enfermedades es eliminar el estreñimiento, tener una buena higiene intestinal, descongestionar el sistema linfático y todos los sistemas de eliminación de toxinas del cuerpo.”
Fuente: Médico cirujano naturópata Alejandro Segebre

lunes, 17 de agosto de 2020

LA Eternidad de Jesús

Una de las citas más mal interpretadas por los disidentes antitrinitarios es Juan5:26, con esta cita sostienen la idea de que Jesús fue engendrado por el Padre a comienzos de los siglos, es decir que Jesus no es Eterno en si mismo, si no que su Eternidad tuvo un principio, lastimosamente estan sacando la cita de su contexto para enseñar tamaña falacia.
Analizemos:
En primer lugar, debemos entender que el tema central del pasaje, no es especificar si el Logos tuvo un principio o no lo tuvo. El tema central del pasaje es clarificar que habrán dos resurreciones, uno para vida Eterna a los que creen en Jesús y en aquel que le envio(24,25), y otra resurrección para condenación (29), Es decir que la temática principal de todo el pasaje esta relacionada con eventos escatológicos que se cumplirán en los días postreros, y no de eventos a comienzos de los siglos.
Ahora, notemos que en el verso (25) se nos dice que Jesus resucitará a los muertos cuando oigan su voz. Esta resurrecion la efectua Jesus, por que el tiene la misma potestad de resucitar a los muertos, como la tiene el Padre.(21)
También el Padre le confió el Juicio, por que el fue quien se hizo hombre, y puede entender perfectamente al hombre, por ende tiene la capacidad de hacer un Juicio Justo (22, y 27)
En el verso (26)dice Jesus, que el Padre le dio a el vida en si mismo.!
Aquí no está hablando de su vida en la preexistencia como el Logos, si no que habla de su vida como "Hijo de Hombre" el verso(27) lo deja en claro!
El título "Hijo de hombre [Huiós tou Atrithropou] aparece 88 veces en el Nt,
y se aplica a Jesús solo en virtud de su HUMANIDAD, ya se su humanidad sujeta a debilidad(Lc.9:58)o de su humanidad glorificada(Ap.1:13,16). Por ende, es una pésima interpretación el sacar el versiculo(26)de su contexto para enseñar algo que no tiene ninguna relación con el propósito del pasaje.
Ahora la hermana Whitte dice lon siguiente comentado este texto:
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es EL HIJO DEL HOMBRE. Juan 5:26 - 27
El Padre encomendó todo el juicio a su Hijo. Cristo declarará cuál será la recompensa de la lealtad. "Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo... y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre". Juan 5:22, 27. CRISTO ACEPTÓ LA HUMANIDAD Y VIVIÓ EN ESTA TIERRA UNA VIDA PURA Y SANTIFICADA. Por esta razón recibió el nombramiento de Juez. La persona que ocupa la posición de Juez ES DIOS MANIFESTADO EN CARNE.
Exaltad a Jesús pagina.342.
Hasta la hermana Whitte, comentando esta cita, especifica que este pasaje tiene relación a la vida humana de Jesus, y no a su vida preexistente como el Logos Divino, como pretenden enseñar los activistas antitrinitarios.!
Ahora, la biblia es absolutamente clara al enseñar que Jesús es Eterno en todo el sentido de la palabra; a el se le llama la vida Eterna.(1°Jn.5:20, 1°Jn.5:11)
Jesús es el Logos de la vida (1°Jn.1:1)
El es la vida (Jn.1:4. Jn.14:6)También es el autor de la vida(Hc.3:15) la evidencia biblica es clara, Jesus es la vida por tanto su vida no deriva de otra, pues no se le puede dar vida a la vida!!
Además, Jesús es llamado Padre de la Eternidad.(עד אב) Isaías.9:6.
Es ilógico que Jesús sea el Padre de la Eternidad, y no tenga Eternidad absoluta!!
También es llamado el gran Dios
(no un Dios chiquito) Tito.2:13
Es llamado Dios bendito por los siglos de la Eternidad. Romanos.9:5
Y según el testimonio escritural, no puede existir un Dios, después de Dios.
Es decir que no existe un Dios engendrado posteriormente.
Isaías.43:10.
La hermana Whitte escribió:
Tratando todavía de dar la verdadera dirección a su fe, Jesús declaró: "Yo soy la resurrección y la vida". EN CRISTO HAY VIDA ORIGINAL, QUE NO PROVIENE NI DERIVA DE OTRA. "El que tiene al Hijo, tiene la vida" (1 Juan 5: 12). La Divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna”
(lbíd., p. 489).
Vive con la certeza de que el Eterno, fue capaz de despojarse de su gloria,con el único propósito de brindarte vida Eterna, pues solo alguien que tenga Eternidad absoluta es capaz de darte ese maravilloso regalo.
1°Juan.5:20.
Agradecimientos a
Pedro Maranatha
por la bella imagen que acompaña a este post. Que el Eterno te siga dotando de talentos para el beneficio de su obra! 🙏
Suscribete a mi canal y prediquemos juntos la verdad para este tiempo!!
Autor: Andrés Aragon

viernes, 14 de agosto de 2020

La Exclusiva Biblia del Nuevo Mundo


9 PROPÓSITOS DE LA BIBLIA NUEVO MUNDO DE LOS «TESTIGOS DE JEHOVA» DE TERGIVERSAR LA PALABRA DE DIOS
DISMINUYENDO LA PERSONA DE JESUCRISTO .
Cristo es el todo y en todos.
Colosenses 3:11
Como la Biblia se muestra tan unánime en presentar a Cristo como Dios verdadero, desde las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento hasta el Apocalipsis, los traductores de la Biblia del Nuevo Mundo muestran una verdadera manía en detectar cualquier pasaje sospechoso, apresurándose a modificar el texto para ajustarlo a su menguado concepto de la persona de nuestro Señor Jesucristo.
1. REDUCEN A CRISTO A POCO MÁS QUE
UN HOMBRE .
Notemos dos detalles en el conocido salmo mesiánico 110.
Todas las Biblias, en diversos idiomas,
que hemos consultado, traducen:
«Tu pueblo, serálo de buena voluntad (o se te ofrecerá voluntariamente) en el día de tu poder».
Pero la Biblia del Nuevo Mundo dice:
«Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar».
Como si el poder del Mesías divino tuviera que depender de fuerzas militares humanas, cuando leemos que las armas serán suprimidas (Is 2:3), porque ya no serán necesarias, y los hombres
«no se ensayarán más para la guerra».
En el v. 4 del mismo salmo traducen:
«Jehová ha jurado, y no sentirá pesar, ¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido!».
En todas las Biblias leemos: «Tú eres sacerdote para siempre».
Pero los tristemente llamados
«TESTIGOS DE JEHOVA», que no creen en la divinidad esencial de Cristo, hacen del Mesías una especie de gobernante y sacerdote condicional, cuyo cargo parece como si no se atrevieran a decir que será para siempre, sino por tiempo indefinido. Cual si dudaran de la misma lealtad de Jesucristo al Dios soberano. Pero la palabra es: «OLAM», que significa «eternidad».
2. SEPARAN, CONTRA TODA REGLA GRAMATICAL, LA PERSONA DE DIOS DE LA DE CRISTO .
«Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo», leemos en Tito 2:13.
Los llamados «TESTIGOS DE JEHOVA» traducen así este texto:
«Mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de nuestro Salvador Cristo Jesus (VNM).
Pero añadir «de» antes de «Salvador» es una interpolación ideada para alterar sustancialmente el sentido, pues las escrituras griegas afirman textualmente: «tou megalou Theou kai Soteros emon
Christou Iesou»; es decir, exacta y fielmente: «del gran Dios y Salvador».
El artículo no se repite delante de «Salvador».
«Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra» (2 P 1:1).
La versión Nuevo Mundo traduce este versículo:
«Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe, tenida en privilegio igual a la nuestra, por la justicia de nuestro Dios y del Salvador Jesucristo».
Aquí vemos la misma alteración observada en Tito para separar también lo que va unido en el original.
El texto griego dice así literalmente: «tou Theou emon kai Soteros Iesou Christou»: «del Dios nuestro y Salvador Jesucristo».
Por consiguiente, es más conforme a la gramática griega traducir: «de nuestro Dios y Salvador Jesucristo», pues el artículo tampoco es repetido aquí delante de «Salvador».
Por otra parte, ¿por qué los traductores de la versión Nuevo Mundo no pusieron «del» entre corchetes, delante de la última cláusula, «Salvador Jesucristo», según exigía el respeto al texto griego literal, del que dicen querer hacer gala en su Prólogo de dicha traducción?
(La misma falta de honradez notamos en el «de» de Tito).
Fórmulas semejantes se encuentran también en 2 Pedro 1:11; 2:20 y 3:18, que la versión Nuevo Mundo traduce correctamente: «el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo»; «un conocimiento exacto del Señor y Salvador Jesucristo»; «el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». ¿Por qué, pues, si en estos tres casos tradujeron bien, no lo hicieron igual en el
v. 1 del cap. 1 de esta misma carta de Pedro?
Porque en estos últimos casos los dos títulos se refieren a Jesús y no le unen e identifican con Dios, como en los casos anteriores.
En cambio, en el texto original del primero se afirma con toda claridad la identidad de naturaleza de Dios y de Cristo cuando se lee según la traducción correcta del griego.
El mismo caso se da en 2 Pedro 1:1, donde leemos «Por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo», y de nuevo los «Testigos» añaden un «del» que no existe en el original griego entre las palabras «Dios y Salvador».
3. SUPRIMEN LA GLORIA DE CRISTO .
El apóstol San Pablo escribe:
«En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Co 4:4).
Los «russellistas» no quieren que Cristo tenga gloria, y en su Traducción del Nuevo Mundo vierten este texto así:
«Entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no
resplandezca a través (a ellos)».
Pero el original griego dice:
«ton photismon tou euaggeliou tes doxes tou Christou»: «el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo».
Cristo mismo afirma su gloria al decir: «Ahora, pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese… Padre, aquellos que me has dado, quiero
que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado» (Jn 17:5 y 24).
También Sal.24:7-10 con 1 Cor.2:7-8.
4. SUPRIMEN LA ADORACIÓN AL SEÑOR JESUCRISTO .
«Y cuando entraron en la casa vieron al niñito con María su madre, y, cayendo, le rindieron homenaje» (Mt 2:11. VNM).
«Y cuando lo vieron le rindieron homenaje, mas algunos dudaron» (Mt 28:17. VNM).
«Entonces dijo él: “Pongo fe en él, Señor”. Y le rindió homenaje» (Jn 9:38. VNM).
El apóstol Juan ratifica esta igualdad divina que hace que Dios y Cristo sean uno en esencia, cuando escribe:
«Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la
vida eterna»: «outos estin ho alethinos Theos kai zoe aionios» (1 Jn 5:20).
Pero también los «russellistas» han tergiversado maliciosamente este texto al traducir:
«Pero nosotros sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado capacidad intelectual para que adquiramos el conocimiento del verdadero. Y estamos en unión con el verdadero, por medio de
su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna» (VNM).
La expresión «unión con» es otra interpolación injustificada, tampoco señalada con los corchetes.
Y la frase «por medio de» cambia el sentido exacto del texto original, porque la preposición griega «en» que aquí se usa, por el contexto, significa «en», y en consecuencia no es correcto darle el valor de «dia» («por medio de»).
Sin embargo, a pesar de todos sus errores y deficiencias, la Traducción del Nuevo Mundo termina aquí afirmando literalmente que Cristo es Dios:
«Este (Jesucristo) es el Dios verdadero y vida eterna».
En estos textos aparece la palabra «prosekunesan» o «prosekunesen», aplicada a Cristo, que la versión Nuevo Mundo ha vertido —deliberadamente— por «rendir homenaje», cuando el vocablo
original griego significa primordialmente: «adorar arrodillándose», porque la expresión «proskuneseis», literalmente, tiene el sentido de indicar un encorvamiento del cuerpo.
En cambio, en Mateo 4:9 («proskuneses»), Lucas 4:8 («proskuneseis»), Juan 4:20 («proskunein»),
aplicado a Dios, y Hebreos 1:6 («proskunesatosan»), aplicado a Cristo, se han traducido correctamente dichos términos por: «adoración», «adorar» y «adoren».
La razón de estos cambios malintencionados es obvia: los traductores de la versión Nuevo Mundo
no quieren reconocer que Cristo recibe la misma clase de adoración que se tributa a Dios.
Dios autoriza la adoración divina de Cristo.
Por eso en Juan 5:23 leemos: «Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió».
Lamentablemente, también aquí los «TESTIGOS DE JEHOVA» han alterado el sentido del texto, introduciendo una partícula que parece insignificante: «Para que todos honren al Hijo así como
honran al Padre». Leído superficialmente se diría que el significado es idéntico; pero si se observa bien la traducción se verá que no dice lo mismo y notaremos en seguida la diferencia: la partícula
«así», interpolada en la versión Nuevo Mundo, desvirtúa la identidad de adoración debida a ambas Personas.
5. NO QUIEREN QUE CRISTO SEA LA FUENTE DE LA VIDA .
«Por medio de él (el Verbo) era vida, y la vida era la luz de los hombres» (Jn 1:4. VNM).
El texto original griego dice: «en auto zoé en»: «en Él estaba la vida», o más literalmente: «en Él (la) vida era».
La primera palabra griega («en») significa aquí «en» o «entre»; pero no «por medio de», que no aparece en nuestro versículo. La expresión original indica, pues, que el Verbo no es un mero transmisor de la vida (como pretenden hacer creer los «Testigos» con su traducción), sino que la posee «en» Sí mismo.
La misma idea vemos en Juan 5:26: «Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo». «Yo soy la vida», dice Cristo. «Matasteis al Autor de la vida»,
dijo Pedro. «Cristo, vuestra vida»,
escribió Pablo. Por lo tanto, Cristo es la fuente de la vida y Él es también quien la sustenta (Hb 1:3).
6. DESVIRTÚAN LA IDENTIDAD DIVINA .
existente entre el Padre y el Hijo
«De modo que la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que
pertenece a un hijo unigénito de parte de un padre; y estaba lleno de bondad inmerecida y verdad» (Jn 1:14. VNM).
Las frases que hemos impreso en letra redonda no se hallan en el texto original griego; son interpolaciones para modificar el verdadero sentido.
El versículo debe decir textualmente: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como de unigénito de Padre), lleno de gracia y de verdad».
Asimismo, la versión Nuevo Mundo vierte Juan 7:29 así:
«Yo lo conozco porque soy representante de parte de él, y Aquel me envió».
Aquí los traductores han interpolado la palabra «representante» con objeto de implicar subordinación personal de Cristo con respecto al Padre.
Sin embargo, el texto griego original dice exactamente: «Yo conozco a Él, porque de junto a Él soy y Aquel me envió». Es decir: en este versículo se afirma claramente la identidad divina existente entre el Padre y el Hijo.
Mencionemos ahora otros tres versículos más que la versión Nuevo Mundo traduce igualmente mal
para disminuir la fuerza del original griego, que claramente revela también la perfecta identidad del Hijo con el Padre: Juan 10:38 y 14:10-11.
«Pero si las hago (las obras), aun cuando no me crean a mí, crean las obras, a fin de que lleguen a saber y continúen sabiendo que el Padre está en unión conmigo y yo estoy en unión con el Padre».
«¿No crees que yo estoy en unión con el Padre y el Padre está en unión conmigo? Las cosas que les digo a ustedes no las hablo de por mí; sino que el Padre que permanece en unión conmigo está haciendo sus obras».
«Créanme que yo estoy en unión con el Padre y el Padre está en unión conmigo».
La traducción del Nuevo Mundo ha interpolado «unión con», que no se halla en los textos griegos.
Literalmente, el griego original dice: «en emoi ho Pater kago en to Patri»: «en mí el Padre y yo en el Padre» (Jn 10:38); «ego en to Patri kai ho Pater en emoi»: «yo en el Padre y el Padre en mí» (Jn
14:11).
Veamos otro botón de muestra:
«Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del (Hijo) suyo» (Hch 20:28. VNM).
Aquí los traductores de la versión Nuevo Mundo han hecho varios arreglos.
Han escrito «espíritu santo» en minúscula; han sustituido la palabra griega «episkopous», «obispos», por el término «superintendentes»; han cambiado el vocablo «ekklesian», «iglesia», por la expresión «congregación». Y, finalmente, han añadido la interpolación «Hijo», encerrando esta vez la inserción
entre corchetes; pero, lejos de complementar el sentido del texto para una mejor comprensión del mismo, modifica totalmente el significado del original, porque el griego dice:
«tou aimatos tou idiou», es decir, exactamente: «de la sangre (la) propia», haciendo alusión a Dios.
Ahora bien: Dios es Espíritu, y como un espíritu carece de sangre, es evidente que el texto únicamente puede referirse a Cristo, el cual, al ser Dios hecho Hombre, tuvo sangre humana en virtud de su encarnación.
7. NIEGAN QUE CRISTO SEA DIOS BENDITO SOBRE TODAS LAS COSAS .
Los «TESTIGOS DE JEHOVA» vierten Romanos 9:5 así:
«a quienes pertenecen los antepasados y de quienes (provino) Cristo según la carne: Dios, que está sobre todos (sea) bendito para siempre. Amén».
Con la interpolación «sea», que no se encuentra en el griego, se cambia por completo el sentido del original, que dice «ho on», y es participio del verbo ser, que, como ya sabemos, significa: «el que es»
o «el siendo», expresión que aquí aplica a Cristo la divinidad.
Amañando de este modo el texto con sutileza diabólica, los «russellistas» pretenden que el versículo diga una cosa muy diferente y aun contraria de lo que afirma el griego.
De esta manera, pues, la traducción del Nuevo Mundo consigue transformar el atributo de Cristo en una oración exclamativa, independiente del texto, con objeto de que, al anular así la relación atributo-sujeto, que aparece claramente en el griego entre Dios y Cristo, el lector no atribuya a Cristo la deidad que el original le confiere.
El texto griego dice: «ho on epi panton Theos eulogetos eis tous aionas, amen»: «el siendo, sobre todas (las cosas), Dios bendito por los siglos, amén».
Asimismo, nuestros textos recibidos están de acuerdo con el griego del The Emphatic Diaglott, en cuyo original de Romanos 9:5 también se afirma que Cristo es Dios digno de alabanza.
8. SUSTITUYEN EL NOMBRE «SEÑOR» POR «JEHOVA» PARA DESPOJAR A CRISTO DE SU SEÑORIO .
La palabra griega «Kurios», «Señor» (que en hebreo es «Adonai»), se usa en el Nuevo Testamento para referirse a la Deidad, sea hablando del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo; aunque,
preferentemente, se aplica a Cristo. «Adonai», literalmente es en hebreo «Mis Señor»; de «Adon», «Señor», y «ai», «Mis». Y aunque se traduce o pronuncia en singular, esta expresión significa «Mis
Señores». El detalle no deja de ser curioso, porque si bien es verdad que algunos ven aquí un plural de plenitud, fuerza y poder, o un plural de intensidad semítico para recalcar enfáticamente la idea trascendental de la Divinidad como quien encierra en sí la plenitud del ser y de todos los atributos,también es cierto que, al parecer, se trata de un plural que incluye la trinidad de Personas divinas,
pues el plural de majestad era desconocido entre los hebreos y solo fue transmitido más tarde como propio de los reyes persas y griegos.
«Kurios» es un adjetivo que significa tener poder o autoridad, y es usado como nombre.
También tiene el sentido de dueño.
En Lucas 19:33-34, por ejemplo, se habla de los dueños del pollino y del Dueño: en griego «kurioi» y «Kurios».
En Lucas 8:39 leemos: «“Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo”. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él».
En este pasaje, Cristo asume el título de Señor (Dios) según el contenido del Antiguo Testamento.
Véase también el Salmo 66:16. Ambos pasajes son paralelos.
Este pasaje lo traducen los testigos correctamente porque pueden darle explicación de que Dios hacía los milagros por medio de Jesús, no que Jesús fuese Dios.
Ahora bien, en los 14 primeros versículos del capítulo 14 de la Epístola a los Romanos, en los textos originales aparece 11 veces el vocablo «kurios», «Señor», aplicado a Cristo. El v. 9 nos da la clave de todo el contexto.
Y también en el v. 14.
Pero está más que demostrado que los « TESTIGOS DE JEHOVA» son expertos en falsificaciones bíblicas; porque los traductores de la versión Nuevo Mundo han sustituido aquí ocho veces el término «Kurios» por el nombre «Jehová». (El lector puede hacer de por sí la debida comprobación).
Es un artificio satánico para despojar a Cristo de su Señorío, ya que en los Evangelios los apóstoles llamaban constantemente Señor a Jesús, y no les conviene que el mismo título se encuentre aplicado instintivamente a Dios y a Jesucristo.
Sin embargo, ¿por qué los «russellistas» han vertido correctamente el último versículo?
Veamos lo que dice el texto: «Yo sé y estoy persuadido en el Señor Jesús de que nada de sí mismo es contaminado» (Rm 14:14. VNM).
¿Qué habría dicho este versículo si los «Testigos» hubieran prolongado hasta aquí su táctica de sustituciones?
«Yo sé y estoy persuadido en el Jehová Jesús de que nada de sí mismo es
contaminado». (Y esto de ningún modo les convenía).
Comparemos ahora Romanos 10:9 y 13. «Porque todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo» (v. 13. VNM).
El texto griego dice «Kuriou», «Señor».
Talvez esta traducción pudiera
justificarse alegando que se trata de una cita del Antiguo Testamento, Joel 2:32, y allí, en efecto, aparece el nombre de Jehová en el original hebreo.
Pero, en cambio, la Traducción del Nuevo Mundo vierte el v. 9 así: «Porque si declaras públicamente aquella palabra en tu propia boca, que Jesús es Señor, y ejerces fe en tu corazón en que Dios lo
levantó de entre los muertos, serás salvado».
El griego pone, efectivamente, «Kurion», «Señor».
¿Por qué aquí los «Testigos» han respetado el original?
La razón es obvia: para eludir el compromiso de verse obligados a traducir:
«Porque si declaras públicamente aquella palabra en tu propia boca, que Jesús es Jehová…».
Además, salta a la vista, según estos textos, que si para salvarse hay que invocar el nombre del Señor, título reverente que los escritores sagrados confieren a Jehová, y luego vemos que ese Señor resulta ser también Jesús, por cuanto el mismo título divino le es aplicado igualmente a Él, ¿no equivale esto a reconocer claramente que ambos son iguales, puesto que de otro modo no podrían compartir idénticos atributos, exclusivos de la Deidad?
El apóstol Pablo enfáticamente nos dice:
«Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo» (1 Co 12:3).
Y afirma también en Efesios 4:5 que tenemos un solo Señor.
¿Por qué, pues, los russellistas le niegan ese título?
El que no honra al Hijo no honra al Padre —nos dice Jesucristo mismo (Jn 5:23)—. ¿Por qué?
Porque Él conocía y sabía mejor que los russellistas la profunda identificación entre ambas personas divinas en el seno de la divinidad única y esencial, ello es lo que le hace exclamar: «Yo y el Padre una cosa somos» (Jn10:30).
Literalmente: “Yo y el Padre uno somos”.
9. HACEN DEL CREADOR UNA COSA CREADA .
Un cúmulo de interpolaciones en cadena se ha introducido en el primer capítulo de la Epístola a los Colosenses para negar la divinidad de Jesucristo.
Es verdad que aquí los traductores de la versión Nuevo Mundo han colocado las palabras añadidas entre corchetes.
Pero dichas interpolaciones tienen
como finalidad cambiar el sentido del original:
«Porque por medio de él todas (las otras) cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles, no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos, o
autoridades. Todas (las otras) cosas han sido creadas mediante él y para él» (Col 1:16. VNM).
Según esta traducción, Cristo no sería Dios, porque lo consideran una cosa creada con anterioridad a «(las otras)» cosas.
Pero estas dos palabras, «las otras», no se hallan en el texto original griego.
Esta expresión se encuentra intercalada cinco veces hasta el v. 20 y está en abierta contradicción con Juan 1:3, 1 Corintios 8:6 y Hebreos 2:10.
Con razón San Agustín ya argumentaba en su Tratado I sobre Juan de esta manera: «Si el Verbo de Dios fue creado, ya no fueron creadas por Él todas las cosas.
Y si otro Verbo, no creado, lo creó, este
es el Verbo de Dios que se encarnó».
Pero el manifiesto propósito de los «Testigos de Jehová» de tergiversar la Palabra de Dios según su conveniencia llega al colmo cuando en su libro
¿Qué ha hecho la religión para la Humanidad?
transcriben estos mismos textos sin separar con corchetes las palabras añadidas, para hacer así creer
al confiado lector que se trata de una traducción directa y exacta de la Sagrada Escritura auténtica.
Por otra parte, sabemos que en Lógica y en Matemáticas hay un principio indiscutible que «si dos cosas son iguales a una tercera, son iguales entre sí». Es decir: si A es igual a 5 y B es también igual a 5, significa que A y B son iguales entre sí, aunque estas letras en su forma exterior sean aparentemente diferentes.
Trasladando este principio lógico-matemático a lo espiritual, comparemos Isaías 44:24 y
Apocalipsis 4:11 con Juan 1:3 y Colosenses 1:16. Y tendremos que si, según la Biblia, Jehová creó
todas las cosas y el Verbo también creó todas las cosas, matemáticamente significa, sin discusión alguna, que JEHOVÁ Y EL VERBO SON IGUALES EN EL ACTO DIVINO CREADOR. Isaías 43:10-11;44:6; 45:5, 12, 18, 21-22 y 48-13.
Asimismo, de acuerdo con Juan 1:3, notemos que nada fue creado sin que Cristo lo hiciera.
Por lo tanto, Cristo no pudo haber sido creado porque Él creó todo lo creado, sin excepción de ninguna cosa.
Con amor en Cristo Jesús tú hermano Moises Barrios.

martes, 4 de agosto de 2020

La Fe de Abraham y la Sumisión de Isaac

LA OBEDIENCIA





















LA VERDADERA FE, SE MANIFIESTA MEDIANTE LA OBEDIENCIA
Isaac, que iba a ser sacrificado, cargó con la leña; el padre llevó el cuchillo y el fuego, y juntos ascendieron a la cima del monte. El joven iba silencioso, deseando saber de dónde vendría la víctima, ya que los rebaños y los ganados habían quedado muy lejos.
Finalmente dijo: “Padre mío, ... he aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?”
¡Oh, qué prueba tan terrible era ésta! ¡Cómo hirieron el corazón de Abrahán esas dulces palabras: “Padre mío!”
No, todavía no podía decirle, así que le contestó: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío.” Génesis 22:5-8.
En el sitio indicado construyeron el altar, y pusieron sobre él la leña. Entonces, con voz temblorosa, Abrahán reveló a su hijo el mensaje divino. Con terror y asombro Isaac se enteró de su destino; pero no ofreció resistencia. Habría podido escapar a esta suerte si lo hubiera querido; el anciano, agobiado de dolor, cansado por la lucha de aquellos tres días terribles, no habría podido oponerse a la voluntad del joven vigoroso. Pero desde la niñez se le había enseñado a Isaac a obedecer pronta y confiadamente, y cuando el propósito de Dios le fué manifestado, lo aceptó con sumisión voluntaria. Participaba de la fe de Abrahán, y consideraba como un honor el ser llamado a dar su vida en holocausto a Dios. Con ternura trató de aliviar el dolor de su padre, y animó sus debilitadas manos para que ataran las cuerdas que lo sujetarían al altar.
Por fin se dicen las últimas palabras de amor, derraman las últimas lágrimas, y se dan el último abrazo. El padre levanta el cuchillo para dar muerte a su hijo, y de repente su brazo es detenido.
Un ángel del Señor llama al patriarca desde el cielo: “Abraham, Abraham.” El contesta en seguida: “Heme aquí.”
De nuevo se oye la voz: “No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único.” Vers. 11, 12.
Entonces Abrahán vió “un carnero a sus espaldas trabado en un zarzal,” y en seguida trajo la nueva víctima y la ofreció “en lugar de su hijo.” Lleno de felicidad y gratitud, Abrahán dió un nuevo nombre a aquel lugar sagrado y lo llamó “Jehová Yireh,” o sea, “Jehová proveerá.” Vers. 13, 14.
En el monte Moria Dios renovó su pacto con Abrahán y confirmó con un solemne juramento la bendición que le había prometido a él y a su simiente por todas las generaciones futuras.
“Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único; bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos: en tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.” Vers. 16-18.
“Abrahán creyó a Dios, y le fué imputado a justicia, y fué llamado amigo de Dios.” Santiago 2:23.
“Los que son de fe, los tales son hijos de Abraham.” Gálatas 3:7.
Pero la fe de Abrahán se manifestó por sus obras. “¿No fué justificado por las obras Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fué perfecta por las obras?” Santiago 2:21, 22.
Son muchos los que no comprenden la relación que existe entre la fe y las obras. Dicen: “Cree solamente en Cristo, y estarás seguro. No tienes necesidad de guardar la ley.” Pero la verdadera fe se manifiesta mediante la obediencia.
Cristo dijo a los judíos incrédulos: “Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39.
“Oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” Génesis 26:5.
“La fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma.” Santiago 2:17.
“Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.” 1 Juan 5:3.
Mediante símbolos y promesas, Dios “evangelizó antes a Abraham.” Gálatas 3:8. Y la fe del patriarca se fijó en el Redentor que había de venir.
Cristo dijo a los judíos: “Abraham vuestro padre se gozó por ver mi día; y lo vió, y se gozó.” Juan 8:56. El carnero ofrecido en lugar de Isaac representaba al Hijo de Dios, que había de ser sacrificado en nuestro lugar. Cuando el hombre estaba condenado a la muerte por su transgresión de la ley de Dios, el Padre, mirando a su Hijo, dijo al pecador: “Vive, he hallado un rescate.”
Fué para grabar en la mente de Abrahán la realidad del Evangelio, así como para probar su fe, por lo que Dios le mandó sacrificar a su hijo. La agonía que sufrió durante los aciagos días de aquella terrible prueba fué permitida para que comprendiera por su propia experiencia algo de la grandeza del sacrificio hecho por el Dios infinito en favor de la redención del hombre. Ninguna otra prueba podría haber c
La imagen puede contener: una o varias personas, texto que dice ""Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?" Génesis 22:7 AMERICA"La imagen puede contener: una o varias personas, texto que dice ""Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?" Génesis 22:7 AMERICA"
ausado a Abrahán tanta angustia como la que le causó el ofrecer a su hijo.
Dios dió a su Hijo para que muriera en la agonía y la vergüenza. A los ángeles que presenciaron la humillación y la angustia del Hijo de Dios, no se les permitió intervenir como en el caso de Isaac. No hubo voz que clamara: “¡Basta!” El Rey de la gloria dió su vida para salvar a la raza caída. ¿Qué mayor prueba se puede dar del infinito amor y de la compasión de Dios? “El que aun a su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Romanos 8:32.
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Fuente:
Ellen White, Historia de los Patriarcas y Profetas, capítulo 13, la Prueba de la Fe.