"No temais, Manada Pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino". Lucas 12:32
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lunes, 31 de diciembre de 2018
sábado, 29 de diciembre de 2018
viernes, 21 de diciembre de 2018
El Testimonio de Soo
Pastor Jesús Molina
La Isabela, Puerto Plata
República Dominicana.
Apreciado papá:
La época que todo buen adventista ha estado esperando, ¡llegó ya¡; la época de levantar nuestras cabezas porque nuestra redención está cerca. La siguiente historia que te relataré más abajo muestra, primero, que Dios no ha cambiado su plan de evangelismo, el cual para esta época es la obra misionera médica, basada en el mensaje pro salud que nos fue dado: la obra de los sanatorios, el campo como puesto de avanzada, restaurantes de salud, tiendas de salud, escuelas de entrenamiento para la obra misionera médica, etc.; segundo, que todavía tenemos tiempo para establecer estas instituciones; y tercero, que el tiempo es corto y lo que vamos a hacer debemos hacerlo ya.
La historia está relacionada con una joven señora budista, originaria de Laos, una nación comunista, cerca de la China y vecina de Tailandia. Su nombre es Soo (pronúnciese su) Sirivongsack. Su madre murió cuando ella tenía cuarenta días de nacida, y su padre tuvo el mismo destino cuando tenía seis meses de nacida. Por lo que fue adoptada por una familia que les dio a conocer más tarde lo sucedido con sus padres.
Cuando ella tenía como veinticinco años de edad, su madre adoptiva se mudó para Australia. Más tarde la vida la golpeó duramente: enfermó de cáncer del seno, cáncer del hígado y cáncer de los riñones. En Octubre del 2000 viajó a Australia para visitar su madre de crianza, y la llevaron a operar del cáncer del seno, pero después de la cirugía los médicos dijeron que no valía la pena operarla del hígado, porque sea que la operaran o no, estaba tan mal que de todos modo moriría.
Su madre adoptiva, sabiendo que iba a morir y que toda su vida Soo había querido viajar a Estados Unidos, le regaló $2,500.00 dólares para que viniera a ver a su padre, un sacerdote budista, en Chicago Illinois, y para que asistiera a la boda de unos amigos.
Dos semanas después de la operación, un sábado por la noche, Soo estaba arreglando sus maletas a las tres de la mañana para volar de Sidney, la capital de Australia, a la siete de la mañana, hasta Sacramento, la capital del estado de California, cuando vio en el vidrio de la ventana de su aposento que la puerta de su habitación se abrió y se cerró tres veces. Ella oró a su dios budista pidiendo protección de los malos espíritus, y la puerta paró de abrirse y cerrarse. Se acostó a dormir, y al apagar la luz, notó que su habitación se iluminaba y se iluminaba cada vez más, y se preguntó ¿de donde viene esta luz?
Entones se le apareció un ángel que le dijo en su idioma: "No tengas miedo. Soy un ángel de Jesús y él me envió para darte un mensaje el cual tú debes seguir paso por paso cuando llegues a los Estados Unidos." Soo explica que era un ángel alto, cabello largo, vestimenta blanca con un cinturón bien brillante. Ella le preguntó su nombre: "Jonathan", le contestó el ángel. "¿Quién es Jesús?", le preguntó Soo, pues ella nunca había escuchado el nombre de Jesús. El ángel le respondió y le dijo: "Jesús es el Dios verdadero, quien tiene la llave del cielo y del infierno. Viene pronto y tú tienes que prepararte, y me envió para darte un mensaje." Ella preguntó: "¿Cuál es el mensaje? ¡No entiendo!" El ángel le contestó: "Que Jesús, el Dios verdadero, murió al destrozársele el corazón; él murió por ti y te ama. Todavía tiene las marcas de los clavos y las cicatrices en sus manos." También le prometió que: "Un día tú y tu verdadera madre se encontrarán en el Reino. Consigue papel y bolígrafo para escribir a donde tienes que ir cuando vayas a los Estados Unidos. Tienes que buscar la iglesia Seventh Day Adventist (adventista del séptimo día)." Se lo dijo en inglés, y ella le dijo: "Yo no sé escribirlo en inglés, tú tendrás que escribirlo por mí." "No," le dijo el ángel, "yo no puedo escribirlo por ti, ni te lo puedo explicar, sólo te traigo el mensaje. Te lo voy a decir letra por letra para que tú lo escribas." Ella le preguntó qué era la iglesia Adventista, y el ángel le dijo que la iglesia Adventista era "la iglesia verdadera, que vive en los últimos día, durante el tiempo del juicio. Cuando Jesús venga llamará a los budistas y a todas la culturas del mundo y lo adorarán en una iglesia, la Adventista del Séptimo día."
Luego el ángel le dijo que cuando llegara a América tenía que conseguir la versión de la Biblia King James, y los libros El Conflicto de los Siglos, El Deseado de Todas las Gentes y El Camino a Cristo. También le dijo que El Camino a Cristo fue el mensaje de 1888 (La Justificación por la fe). Tenía que leer esos libros y traducirlo a su idioma. Luego debía llevarlos a la Conferencia General, al departamento White Estate y entregárselos al pastor Roger Coon para imprimirlo y enviarlos a Laos. El ángel le dio la dirección y el teléfono de la Conferencia General para que se comunicara con el pastor Roger Coon.
El ángel le dio tres himnos que tenía buscar y aprender: "¡Oh qué amigo nos es Cristo¡", "Roca de la eternidad" y "Love Lifted me" (El amor me levantó). También le dijo que tenía que asistir a un seminario bíblico que se impartiría en un gran auditorio. Debía entonces encontrarse con cinco pastores adventistas: Mark Finley, Ron Halverson, Kenneth Cox, Doug Batchelor y John Carter. Ella relata que cuando visitó al pastor Mark Finley, al mirar él su nombre en la lista que le dio el ángel, lloró y la invitó a sentarse en la primera fila del seminario. El ángel le dijo que Jesús quería que el pastor John Carter le enseñara sobre el Apocalipsis, el tiempo de angustia, Mateo 24, Levítico 11 y el Padre Nuestro; que Jesús quería que orara el Padre Nuestro todas las noches porque el tiempo es corto, porque Jesús viene pronto.
"Cuando llegues a los Estados Unidos, sucederá un gran problema". "Ángel Jonathan—le respondió Soo—, si va a ocurrir un gran problema, yo no quiero ir." "Ve y mira, pues después del gran problema el evangelio se extenderá rápidamente", le contestó el ángel. Le dijo además que antes del "gran problema" ella vería la luna roja y grande ("Haya lumbrera en la expansión del cielo…y sean por señal." Génesis 1:14). Durante tres días consecutivo ella vio la luna roja y grande y el cuarto día ocurrió el lamentable y muy conocido incidente del 11 de Septiembre de 2001: la destrucción de las torres gemelas por manos terroristas. El ángel también le dijo que a partir del año 2005 habría una serie de problemas [desastres] y que a consecuencia de esos problemas se pondría una ley dominical muy pronto. Ella preguntó qué era la ley dominical, y el ángel le respondió: "La ley dominical viene porque la gente de Dios en el gobierno trabaja para el mal. Ora y estudia la Biblia y las profecías."
"¿Cuándo viene Jesús, ángel Jonathan?" le preguntó Soo. "Jesús desea venir—respondió el ángel—."La gente de afuera está lista, pero la gente de adentro no está lista todavía. Tú tienes que prepararte. Jesús depende de ti para [evangelizar]tu país, y él quiere que estudies la Biblia y tomes un entrenamiento para la obra médica misionera." "¿Qué es eso de ‘obra médica misionera’?", inquirió ella. "Cuando llegues a América, Dios usará personas que te explicarán la obra médica misionera", le contestó el ángel.
Ella dijo: "Yo no entiendo cómo voy a encontrar la iglesia, los libros, los pastores, el seminario bíblico grande y el entrenamiento para la obra misionera médica." El ángel le dijo: "Sólo ve y obedece; entrégate y confía. Jesús proveerá gente que te ayude, él proveerá alimento para ti en la mesa, no te preocupes."
"Llegará el tiempo"—continuó diciendo el ángel—"cuando tendrás que bautizarte." Mientras el ángel hablaba ella notó que se había sanado y que ya no se sentía débil. Entonces quiso ir donde su madre adoptiva para decírselo, pero el ángel le dijo: "No, no ha llegado el tiempo de que le cuentes a tu madre. Tienes que proseguir con tu viaje a América y seguir paso por paso las instrucciones que te he dado. Entonces tendrás que regresar a tu país, establecer un sanatorio, dar de comer a los pobres, decirles a quién deben adorar: al Dios Verdadero. Jesús quiere que te encargues de la gente que no tienen piernas y los que no tienen brazos, y de los huérfanos, y que les hables de Jesús.
Por más de una hora el ángel estuvo con Soo, dictándole el mensaje. A la siete de la mañana ella tomó el avión y cuando aterrizó en California, el ángel se le apareció otra vez y le dijo: "Ahora ya estás en América. Sigue las instrucciones paso por paso. Yo voy a New York a una misión especial con Gabriel para ayudar a algunas personas. (El ángel se refería a preparar algunas personas para los acontecimientos del 11 de Septiembre del 2001.)
Soo viajó a Chicago, para visitar a su padre en el templo budista, y tuvo una larga conversación con su padre (sacerdote budista) a quien le relató su encuentro con el ángel. Le dijo que el verdadero Dios se le había manifestado y que él debía abandonar el budismo; que si no abandonaba el budismo se enfermaría. Por otra parte, su padre quería que ella permaneciera en el templo como monja budista. Soo había sido monja budista anteriormente. La lucha de Soo por ver a su padre fuera del budismo y la lucha del padre para que ella volviera a ser monja terminó en una discusión tan acalorada, que su padre la expulsó del templo. Tres años más tarde, en el 2003, su padre enfermó de cáncer y le manifestó a Soo que tenía interés en conocer más acerca a Jesús.
Cuando su padre la expulsó del templo, sus hermanas de crianza la ayudaron a buscar la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La llevaron equivocadamente a una Iglesia Bautista del Séptimo Día, y cuando ella vio el letrero de la iglesia, sacó las anotaciones que hizo cuando habló con el ángel, y tras comparar la información que tenía con la del letrero, dijo: "Esta no es la iglesia. El ángel dijo ‘Seventh Day Adventist’ (Adventista del Séptimo Día)." De todos modos entró, esperanzada en que conseguiría ayuda de alguna forma. Antes de que se terminara el sermón, una señora que no era bautista del séptimo día sino bautista del primer día, entró a la iglesia y se le acercó, y le preguntó: "¿Necesitas ayuda?" "Sí", contestó Soo, "busco la iglesia Adventista del Séptimo Día."
Esta señora le contó a Soo que ella estaba en su casa cuando Dios la instruyó que fuera a esa Iglesia Bautista del Séptimo día, y que allí encontraría una persona que necesitaba su ayuda. (El ángel le había dicho a Soo que la gente de afuera estaba lista, pero que la gente de adentro no estaba lista todavía.) Esta señora buscó en la guía telefónica la Iglesia Adventista. Soo aprovechó su encuentro providencial con esta fiel cristiana para instarle a que se uniera a la iglesia verdadera. Cuando por fin pudo localizar la iglesia, entró y escuchó el himno que el ángel le había mencionado: "Oh, Qué Amigo nos es Cristo." Le contó al pastor su historia. El pastor le trajo los tres libros que el ángel le había dicho: El camino a Cristo, El Deseado de todas las Gentes y El Conflicto de los Siglos. También le puso tres Biblias sobre la mesa para que eligiera una. Soo le dijo: "No, no puedo elegir una; tiene que ser exactamente la que el ángel me dijo [la versión King James]." Dicho esto, el pastor le pasó la Biblia correcta.
Soo quiso saber acerca de los "seminarios bíblicos grandes" a los que el ángel se refirió en su entrevista, pero el pastor le contestó que no tenía información al respecto. La refirieron entonces a Kissimmee (Orlando), Florida, a una campaña evangelística. Luego a Phoenix, Arizona, donde nuevamente se le apareció el ángel y le dijo que el seminario bíblico "grande" sería en San Diego, California. Además le dijo que Jesús quería que ella se bautizara y que si el pastor se oponía a su bautismo que le preguntara dos veces: "¿Ama usted a Jesús?" Y así mismo sucedió: cuando Soo le dijo al pastor en Arizona que el ángel se le había aparecido nuevamente y que Jesús quería que ella se bautizara, el pastor le dijo: "No, no; tenemos que estudiar primero 27 doctrinas." Soo le preguntó: "¿Ama usted a Jesús?" El pastor cambió de color, de blanco a rojo, y respondió: "¿Qué dices?" Y ella repitió: "¿Ama usted a Jesús?"
Soo fue bautizada en junio del 2002. Y mientras era sepultada en las aguas bautismales, la congregación cantó el himno "Love Lifted me" (El amor me levantó), como el ángel había dicho. Al concluir el bautismo el ángel le dijo que Jesús estaba muy contento y que ella no debía confiar en él como ángel, sino que debía colocar su confianza en Jesús. También le dijo que su misión con ella había terminado y que él regresaba a estar con Jesús.
Soo fue luego dirigida hacia Uchee Pines (http://www.UcheePines.org), una institución adventista de sostén propio bien conocida y de alta reputación, para recibir su entrenamiento para la obra misionera médica, como el ángel había señalado. De las instituciones de sostén propio, Uchee Pines es la más apegada al Espíritu de Profecía. Allí Soo fue instruida debidamente para que pudiera establecer un sanatorio en Laos, fuera de las ciudades, en armonía con lo que Dios, a través de su sierva Elena G. de White, ha dicho. Ella relata que Dios la despertaba todos los días a las tres de la mañana a orar y estudiar. En mayo del 2004 el padre de Soo fue a Uchee Pines movido por un sueño que le indicó que debía ir donde estaba Soo para recibir tratamiento para su cáncer. Soo Duró dos años en Uchee Pines (2003 y 2004).
El 15 de noviembre del 2004 Soo viajó a Australia a renovar su visa y pasaporte. También hay información de que la tierra para el sanatorio en Laos ya fue donada. El seis de febrero del 2005, recibí un correo electrónico donde se nos informaba que Soo había regresado a Laos. Se nos pide que oremos por ella porque toda su familia es todavía budista y porque las iglesias guardadora del domingo ya comenzaron a darle problemas en la predicación de nuestro mensaje.
Como te decía al principio, papá, esta historia inconclusa tiene grandes lecciones para nosotros: 1) que Dios no ha cambiado su plan de evangelismo, el cual es la obra misionera médica. Dios nos ha dicho, por medio de su sierva, la hermana White, que:
"Hemos llegado a un tiempo en el cual cada miembro de la iglesia debe hacer obra misionera médica." Consejos sobre el régimen alimenticio, página 548.
Papá, la comisión que Cristo nos dejó es ésta: "Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia." Mateo 10:7, 8. "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura… sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y ellos, saliendo, predicaron en todas par-tes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Marcos 16:15, 18, 20
"Todavía no se ha comprendido la amplitud de la obra médica misionera. El trabajo médico misionero que se nos llama a realizar es el mismo que Cristo bosquejó para sus discípulos en la comisión que les dio justamente antes de su ascensión." Consejos sobre Salud, página 510.
"La comisión divina no necesita reforma. La manera que Cristo tiene de presentar la verdad no puede mejorarse." (Carta 123, 1903). Evangelismo, página 382
"El divino mandato no necesita reforma. La senda de Cristo de la verdad presente no necesita mejorarse. El Salvador dio a sus discípulos lecciones prácticas, enseñándoles cómo trabajar de modo que las almas se gocen en la verdad. Simpatizó con los cansados, agobiados y oprimidos. Alimentó a los hambrientos y sanó a los enfermos. Anduvo constantemente haciendo bienes. Mediante el bien que hacía, con sus palabras amables y actos bondadosos, interpretaba el Evangelio a los hombres." El Ministerio de la Bondad, página 61. (RH, 17-12-1914).
"¿Por qué no se ha entendido por la Palabra de Dios que la obra hecha en la línea misionera médica es un cumplimiento del texto: "Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos y ciegos. Y dijo el siervo: señor, hecho es como mandaste, y aún hay lugar. Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa"? Esta es una obra que debieran hacer las iglesias en cada localidad, al norte, al sur, al este y al oeste. Se les ha dado a las iglesias la oportunidad de responder a esta obra. ¿Por qué no lo han hecho? Alguien debe cumplir la comisión." Ministerio de la Bondad, página 127.
Papá, yo quiero cumplir la comisión y necesito gente que me ayuden. Quiero dedicarme tiempo completo a esta obra. Necesitamos establecer sanatorios, tiendas de salud, restaurantes higiénicos (que promuevan los principios del higienismo, en armonía con la luz que hemos recibido como pueblo), escuelas de entrenamiento misionero y puestos de avanzadas por todas partes. Este es un proyecto de fe. Dale mi teléfono (616-633-2620) y mi correo electrónico (ruben@upavision.com) a toda persona interesada en esta obra. El tiempo es corto.
"Así dice el Señor: ‘Los lugares que han sido descuidados ahora recibirán atención. Mi pueblo llevará a cabo una obra definida y rápida. Aquellos que con pureza de propósito se consagren plenamente a Mí, de cuerpo, alma y espíritu, deben trabajar a Mi manera y en Mi nombre. Cada uno debe estar de pie en su puesto, mirándome como su Guía y Consejero. Instruiré al ignorante y ungiré con colirio celestial los ojos de muchos que viven ahora en oscuridad espiritual. Levantaré a instrumentos que llevarán a cabo Mi voluntad para preparar un pueblo a fin de estar en pie delante de Mí en el tiempo del fin. En muchos lugares que antes de esto debieran haber sido provistos con sanatorios y escuelas, estableceré Mis instituciones y esas instituciones se convertirán en centros educativos para la preparación de obreros’." Consejos sobre Salud, página 223, 224
"La obra médica misionera es un trabajo de pioneros. Debe relacionarse con el ministerio evangélico. Es el Evangelio vivido prácticamente. Me ha entristecido mucho ver que nuestro pueblo no ha participado en llevar a cabo esta obra en forma debida." Consejos sobre Salud, página 534
"El Pueblo de Dios ha de ser misionero médico genuino. Han de aprender a atender las necesidades del alma y del cuerpo. Debieran saber cómo dar los sencillos tratamientos que hacen tanto para aliviar el dolor y eliminar la enfermedad. Debieran estar familiarizados con los principios de la reforma pro salud, para que puedan mostrar a otros cómo, mediante hábitos correctos de comer, beber y vestirse, puede ser evitada la enfermedad y recuperada la salud. Una demostración del valor de los principios de la reforma pro salud hará mucho para eliminar los prejuicios contra nuestra obra evangélica. El gran Médico, el originador de la obra médica-misionera, bendecirá a cada uno que avance humilde y confiadamente, procurando impartir la verdad para este tiempo." Ministerio de la Bondad, página 131. (1904).
Papá, como adventistas debemos entender que tenemos que pasar por un examen. ¿Pasaremos el examen o fracasaremos? Este examen está relacionado con la obra misionera médica. La prueba de toque para los "no adventistas" es el sábado. Todo "no adventista" tendrá que tomar su postura con respecto al sábado. Pero todo adventista tendrá que tomar su postura con respecto a la obra misionera médica, tal como nos fue dada en el mensaje de reforma pro salud. Lee con cuidado la siguiente cita.
"La verdad para este tiempo, el mensaje del tercer ángel, será proclamado con un fuerte clamor, mientras nos acercamos a la prueba final. Esta prueba tiene que venir a la iglesia en conexión con la verdadera obra misionera médica, una obra que tiene al Gran Médico para dictar y presidir en todo lo que ella abarca. —Manuscript dated 1900; Loma Linda Messages, 336. (Unpublished MS. . . (H. 121-1900). MISCELLANEOUS COLLECTIONS/LLM - Loma Linda Messages (1981), p. 336)
Papá, cada pastor de la iglesia debe también estar envuelto en la obra médica misionera, y si no se envuelve, no puede considerársele un ministro según el orden evangélico.
"Quiero decir que la obra médica misionera es la obra de Dios. El Señor desea que todos sus ministros colaboren en este sentido… Al aliviar sus sufrimientos encontraréis la oportunidad de hablarles acerca del amor de Jesús." Consejos sobre Salud, 534.
"Deseo deciros que pronto no habrá obra en la línea ministerial sino obra médica-misionera."-CH 533 (1901)
"Nunca seréis ministros según el orden evangélico, hasta que demostréis un interés decidido en la obra médica misionera, el Evangelio de sanar, bendecir y fortalecer." Consejos sobre Salud, 534 (1901).
Otra cosa importante, papá, es que no necesitamos ser médicos para hacer obra misionera médica Cuando enseñamos y compartimos los principios del sano vivir, siguiendo los lineamientos preestablecidos por el Espíritu de Profecía, estamos llevando a cabo obra misionera médica.
"El fundamento de lo que mantiene a la gente en buena salud es la obra médica misionera de cocinar bien." Conducción del Niño, página 348.
"Al sentarnos a la mesa podemos hacer obra misionera médica comiendo y bebiendo para la gloria de Dios." Consejos sobre el régimen Alimenticio, página 132.
"Los niños pueden tomar parte en la obra misionera médica, y con sus jotas y tildes pueden ayudar a llevarla adelante." Consejos para maestros, página 168.
La obra misionera médica es el brazo derecho del mensaje del tercer ángel. Muchos están presentando al mundo el mensaje del tercer ángel, pero el ángel que presentan no tiene brazo, es un ángel manco. Al ser manco es un mensaje falso, aunque exitoso según las apariencias.
"La mano derecha se usa para abrir las puertas por las cuales el cuerpo pueda entrar. Esta es la parte que ha de realizar la obra médica misionera. Ha de preparar en gran medida el camino para la recepción de la verdad para este tiempo. Es inútil un cuerpo sin manos. Al honrar al cuerpo, debe honrarse también a las manos ayudadoras, que son instrumentos de tal importancia que sin ellos el cuerpo no puede hacer nada. Por lo tanto, el cuerpo que trata con indiferencia a la mano derecha, rehusando su ayuda, no puede realizar nada." (Manuscrito 55, 1901). Ministerio de la bondad, página 127.
"Todos pueden hacer algo. Algunos dirán, tratando de disculparse: ‘Mis deberes domésticos y mis hijos exigen todo mi tiempo y todos mis recursos’ ". Padres, vuestros hijos pueden ser para vosotros una ayuda que acreciente vuestras fuerzas y capacidades de trabajar para el Maestro." Consejos sobre la Salud, página 423.
La última obra de amonestación al mundo ha de ser hecha desde los puestos de avanzadas. ¿Qué es un Puesto de Avanzada? Es un lugar estratégico fuera de las ciudades, pero de fácil acceso a la ciudad. Todo verdadero adventista debe vivir en estos puestos de avanzadas. En estos puestos de avanzada deben haber sanatorios, escuelas para los niños, escuelas de preparación de obreros para la obra misionera médica. Deben haber industrias y un fuerte programa agrícola para proveer empleos a los hermanos que abandonan las ciudades. Como adventistas necesitamos levantar puestos de avanzadas por todas partes y dejarnos de excusas. Dios ha dicho:
"Es designio de Dios que vuestros hermanos se establezcan fuera de las ciudades y desde esas avanzadas amonesten a las ciudades." (Review and Herald, 14 de abril, 1903). Evangelismo, página 60.
"La verdad debe ser dicha, ora sea que los hombres la escuchen o la rechacen…Las ciudades han de ser trabajadas desde las avanzadas. Dijo el mensajero de Dios: "¿No serán amonestadas las ciudades? Sí, no por el pueblo de Dios que vive en ellas, sino por los que las visitan, para amonestar a sus habitantes de lo que está por sobrevenir en la tierra." Evangelismo, página 61. (Carta 182, 1902).
"Las avanzadas han de ser guardadas. Ha de haber hombres para sostener el fuerte, mientras las fuerzas que avanzan se empeñan en la guerra activa. A cada uno le es dada su obra." Testimonios para los ministros, página 239
"Se ha dicho: ‘Fortaleced las avanzadas; tened fieles centinelas en todas partes del mundo’. Dios os llama, jóvenes, El llama a ejércitos enteros de jóvenes de mente y corazón amplios, y que tengan amor profundo por Cristo y la verdad." (Testimonies, tomo 6, pág. 411).
En estos últimos días Dios también desea que levantemos restaurantes de salud y sanatorios: no hospitales de medicinas, ni clínicas para recetar medicamentos, ni centros naturistas para recetar yerbas y suplementos, sino instituciones basadas en la ciencia higiénica: no en el naturismo ni en la alopatía.
"Dondequiera se realice obra misionera médica en nuestras grandes ciudades, deben realizarse escuelas de arte culinario; y dondequiera esté en proceso una obra educacional y misionera vigorosa, debe establecerse un restaurante higiénico de alguna clase, que dé una ilustración práctica de la correcta elección y de la debida preparación de los alimentos. Consejos sobre el régimen alimenticio, página 326.
"Deseamos tener sanatorios para que las almas sedientas puedan ser conducidas hacia el agua viva; pero no se trata de sanatorios caros y grandiosos, sino de instituciones con un ambiente hogareño, ubicados en lugares agradables [en el campo]. Los enfermos deben alcanzarse, no por medio de grandes edificios, sino mediante el establecimiento de numerosos sanatorios pequeños, que deben ser como luces que brillan en lugares oscuros. Los que se dedican a esta obra deben reflejar la luz que procede del rostro de Cristo. Deben ser como sal que no ha perdido su sabor. Por medio de la obra de los sanatorios, debidamente realizada, la influencia genuina de una religión pura se extenderá a muchas almas." Consejos sobre Salud, página 208.
"Según la luz que me ha sido dada, debe establecerse un sanatorio, y en él debe descartarse la medicación con droga, para emplear en cambio métodos sencillos y racionales de tratamiento para sanar la enfermedad. En esta institución habría que enseñar a la gente cómo vestir, cómo respirar, y cómo comer adecuadamente: cómo prevenir la enfermedad por medio de hábitos de vida correctos.
La cuestión de la reforma pro salud no se agita como debiera y como será agitada. Un régimen alimenticio sencillo, y la ausencia completa de drogas [medicamentos] para dejar que la naturaleza esté libre para recuperar las energías gastadas del cuerpo, harán a nuestros sanatorios mucho más eficaces en restaurar la salud del enfermo." Consejos sobre el régimen alimenticio, paginas 358-359.
"El dejar de seguir los sanos principios ha echado a perder la historia del pueblo de Dios. Ha habido un descuido continuo en la reforma pro salud, y como resultado de ello Dios es deshonrado por una gran falta de espiritualidad. Se han erigido barreras que nunca se habrían visto si el pueblo de Dios hubiera andado en la luz.
"¿Permitiremos nosotros, los que hemos tenido tan grandes oportunidades, que la gente del mundo se nos adelante en la reforma pro salud? ¿Rebajaremos nuestras mentes y abusaremos de nuestras facultades con una forma equivocada de comer? ¿Violaremos la santa ley de Dios siguiendo prácticas egoístas? ¿Llegará nuestra inconsecuencia a ser un objeto de oprobio? ¿Viviremos una vida tan diferente de la de Cristo que el Salvador se avergonzará de llamarnos hermanos?
"¿No haremos en cambio la obra médica-misionera, que es el Evangelio en acción, viviendo de tal manera que la paz de Dios pueda dominar en nuestro corazón? ¿No quitaremos todo obstáculo que esté ante los pies de los no creyentes, recordando siempre qué es lo que cuadra a una profesión de cristianismo? Mucho mejor es abandonar el nombre de Cristo que hacer profesión y al mismo tiempo complacer los apetitos que fortalecen las pasiones no santificadas.
Dios exige que todo miembro de la iglesia dedique su vida sin reservas al servicio del Señor." Consejos sobre el régimen alimenticio, página 38.
"No tenemos tiempo ahora para dedicar nuestras energías y talentos a empresas mundanales… Empleemos todo talento en la obra de Dios." 3JT 338, 339.
"El potente zarandeo ha comenzado y proseguirá de suerte que aventará a cuantos no estén dispuestos a declararse por la verdad con valentía y tenacidad ni a sacrificarse por Dios y su causa...Clamé a Dios para suplicarle que perdonara a su pueblo, entre el cual había algunos desfallecidos y moribundos, pues vi que llegaban rápidamente los juicios del Todopoderoso, y rogué al ángel que hablara en su propio lenguaje a la gente. Pero él respondió: ‘Todos los truenos y relámpagos del Sinaí no conmoverían a los que no quieren ser conmovidos por las evidentes verdades de la Palabra de Dios, ni tampoco los despertaría el mensaje de un ángel’." Elena White, Primeros escritos, página 50, 51.
Quiera Dios que el mensaje de este ángel pueda despertarnos.
Con amor, tu hijo,
Pr. Rubén Molina Ossers
UPA Visión, Inc.
Director Ejecutivo
Kentwood, Michigan.
www.upavision.com
Febrero, 2005.
PS. Toda persona interesada en saber donde recibir entrenamiento gratuito para la obra médica misionera, o si desea recibir correspondencia electrónica acerca de los eventos finales y sobre papel que túy yo debemos desempeñar en el drama final pronto a acontecer, comuníquese conmigo a través de mi correo electrónico: ruben@upavision.com
Copyright: Esta carta puede ser reproducida y distribuida en su totalidad. Pero no puede ser copiada en partes sin autorización de su dueño.
La Carne En La Reforma Pro Salud
¿Le Tomó 30 Años A La Sra. White Dejar La Carne?
Algunos estudiantes del Antillian College como también de la Universidad Adventista Dominicana han expresado la idea de que le tomó a la Sra. White 30 años para dejar de comer carne. También hemos venido escuchando esta teoría desde los años ochenta de boca de varios pastores graduados de esas universidades.
La base para esa declaración es una cita del libro Consejos sobre el régimen alimenticio donde la Sra. White afirma que después del congreso de Brighton, que se celebró en Australia en enero del 1894, ella eliminó absolutamente la carne de su mesa. La Sra. White recibió su visión sobre la reforma pro salud en el año de 1863, así que si ella eliminó “absolutamente la carne” de su mesa en 1894, entonces le tomó a ella 30 años abandonar la carne.
Uno de los problemas serios que nosotros enfrentamos con libros que no son originales de la Sra. White, sino que son recopilaciones, es el uso de citas cortas que por ser cortas no presentan el contexto de las declaraciones emitidas en ellas, y esta cita en referencia es un caso patético de lo cuidadoso que debemos ser al leer citas cortas de la Sra. White donde el contexto es incierto o desconocido para el lector.
La cita en referencia de Consejos sobre el régimen alimenticio en su versión corta dice así: “Desde el congreso campestre de Brighton (enero de 1894) yo he eliminado absolutamente la carne de mi mesa. Existe el entendimiento de que ora sea que esté en casa o afuera, nada de esta clase ha de usarse en mi familia, o ha de ponerse sobre la mesa. He tenido muchas presentaciones sobre este tema en las horas de la noche.”—Carta 76, 1895. (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio pág. 586.)
Esta declaración de la Sra. White es fácil de entender si permitimos que la Sra. White sea su propio intérprete. En otra carta que ella escribió en 1896 ella da más detalles de las circunstancias que se presentaron que la indujeron a servir carne en su propia mesa para personas que trabajaban con ella en Australia y que se dedicaban a derribar arboles principalmente de eucalipto. En esta carta ella explica: “Tengo una gran familia que a menudo cuenta con 16 miembros. En ella hay hombres que trabajan con el arado y que derriban árboles. Estos efectúan el más vigoroso ejercicio, pero ni una partícula de carne se coloca en la mesa. No hemos usado la carne desde el congreso campestre de Brighton [enero 1894]. No era mi propósito tenerla en la mesa en ningún momento, pero se hicieron urgentes pedidos en que se declaraba que tal persona no podía comer tal o cual cosa, y que su estómago podía digerir la carne mejor que cualquier otra cosa. De esta forma fui tentada a colocar carne en mi mesa. (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio pág. 587.)
- En otra carta escrita que aparece en Spalding and Magan Colletion ella da información adicional muy valiosa: “Tengo una gran familia que a menudo cuenta con 16 miembros. En ella hay hombres que trabajan con el arado y que derriban árboles. Estos efectúan el más vigoroso ejercicio, pero ni una partícula de carne se coloca en la mesa. No hemos usado la carne desde el congreso campestre de Brighton (enero de 1894). No era mi propósito tenerla en la mesa en ningún momento, pero se hicieron urgentes pedidos en que se declaraba que tal persona no podía comer tal o cual cosa, y que su estómago podía digerir la carne mejor que cualquier otra cosa. De esta forma fui tentada a colocar carne en mi mesa. El uso de queso empezó a treparse como a escondidas, porque algunos gustaban del queso; pero pronto controlé eso. Pero cuando el egoísmo de tomar las vidas de animales para gratificar un apetito pervertido me fue presentado por una mujer Católica, arrodillándose a mis pies, me sentí avergonzada y angustiada. Vi en ello una nueva luz, y decidí no más patrocinar al carnicero, no tendré la carne de animales muertos en mi mesa. Spalding and Magan Colletion, pág. 38.
La Sra. White llegó a Australia en 1891 y este congreso en Brighton tuvo lugar en enero de 1894. No sabemos con precisión cuando se le hizo esta petición a la Sra. White de que se permitiera a ciertas personas que no podía comer ciertos alimentos que consumieran carne en su casa. Pero debemos suponer que esa situación se presentó algún tiempo después que ella llegara a Australia en 1891 y que se decidió darles no más carne a esas personas en enero del 1894. Lo que sí sabemos es que ella no ofrecía carne en su mesa mientras ella vivía en Estados Unidos. En 1870 ella escribió:
“Tengo una mesa bien provista en todas las ocasiones. No hago ningún cambio para las visitas, ora sean creyentes o incrédulos… Tengo suficiente alimento sencillo y saludable listo para satisfacer el hambre y nutrir el organismo. Si alguien quiere más que esto, está en libertad de encontrarlo en otra parte. No pongo en mi mesa nada de mantequilla ni de carne. Raramente hay torta allí. Por lo general tengo una provisión amplia de frutas, buen pan y hortalizas. Nuestra mesa está siempre bien concurrida, y a todos los que participan del alimento les va bien, y su salud mejora. (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio pág. 583-584.)
El hecho de que la Sra. Sirviera carne en su mesa fue algo temporero, pero como ella misma declara: “No era mi propósito tenerla en la mesa en ningún momento.” Ella fue tentada a colocar carne en su mesa. Ella fue muy clara de que ella dejó de comer carne en 1863 cuando ella recibió la visión sobre la reforma pro salud.
“No he cambiado mi conducta ni en un ápice desde que adopté la reforma pro salud. No he dado ningún paso de retroceso desde que la luz del cielo sobre este tema brilló por primera vez en mi camino. Abandoné todo de inmediato—la carne, la mantequilla y una de las tres comidas—y eso mientras me ocupo en una labor intelectual exhaustiva, escribiendo desde temprano por la mañana hasta la puesta del sol. He disminuido a dos comidas por día sin cambiar mi trabajo. (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio pág. 580.)
En las propias palabras de la Sra. White, ella nunca tuvo problema para abandonar el consumo de carne, por el contrario lo que le dio trabajo fue ¡acostumbrarse a comer pan!
“Pero puesto que el Señor presentó delante de mí, en junio de 1863, el tema del consumo de carne en relación con la salud, abandoné el uso de la carne. Por un tiempo fue más bien difícil acomodar mi apetito al pan, por el cual, anteriormente, había tenido poca apetencia. Pero por medio de la perseverancia, he podido hacerlo. He vivido casi un año sin carne. Por seis meses la mayor parte del pan que se ha puesto en nuestra mesa ha sido bollos de harina de trigo sin cerner y no leudados, con agua y muy poca sal. Usamos frutas y hortalizas en forma abundante. He vivido ocho meses con dos comidas por día.” (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio pág. 579.)
Esta falsa idea de que le costó a la Sra. White 30 años para abandonar la carne ha servido de base para que muchos pastores y laicos consideren con liviandad el gran tema de la reforma pro salud. Muchos de ellos no han considerado que “Hay quienes deberían despertar respecto al peligro del consumo de carne, que todavía consumen la carne de animales, arriesgando así la salud física, mental y espiritual. Muchos que ahora están sólo medio convertidos sobre el asunto del consumo de carne, saldrán del pueblo de Dios para no caminar más con ellos.” -RH Mayo 27, 1902. (También en Eventos de los Últimos Días capítulo 6)
¿Significa la cita anterior que el consumo de carne es un asunto de salvación? La respuesta es un rotundo NO. La salvación es gratis por la fe en Jesús. No nos salvamos por guardar la reforma pro salud. Tampoco nos salvamos por guardar el sábado. “Por guardar la ley ninguna carne se justificará delante de Dios” (Gal. 2:16). Guardar el sábado y la reforma pro salud es una demostración de que amamos a Dios. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” También dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Marcos 12:30. Toda persona que guarde el sábado o la reforma pro salud por miedo al infierno terminará en el infierno. Guardamos los mandamientos como una demostración de amor y de obediencia. Amor por lo que Él hizo por nosotros en la cruz. “El que está tratando de alcanzar el cielo por sus propias obras observando la ley, está intentando lo imposible." (Deseado de Todas las Gentes, pág. 142.)
El mensaje pro salud es el brazo derecho del mensaje del tercer ángel. Muchos predicadores están presentando al mundo un ángel manco, al ser manco es un falso mensaje. Las universidades mencionadas están preparando obreros que están en la retaguarda del movimiento del tercer ángel, pero que como laodicenses piensan que están a la delantera del movimiento. A un pastor de su época que tenía la misma mentalidad retrógrada la Sra. White le envió el siguiente testimonio:
“Tenga cuidado de cómo se coloca Ud. en la oposición a la obra de la reforma pro salud. Ella avanzará.; porque constituye el medio que el Señor tiene de aminorar los sufrimientos de nuestro mundo” Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, página 43.
Tengamos cuidado de cómo nos colocamos en la oposición al mensaje del tercer ángel y de su brazo derecho, la obra de la reforma pro salud. “Creed al Señor vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.” 2 Crónicas 20:20.
Pr. Ruben Molina Ossers.
Mensaje de Ted Wilson
Crucen el Jordán: ¡No retrocedan!
Sermón de Ted N. C. Wilson del 11 de Julio de 2015
Lo que sigue a continuación es una transcripción del sermón del sábado por la mañana que Ted N. C. Wilson, el líder de la Iglesia Adventista, dio en el Congreso de la Asociación General en San Antonio (Texas, Estados Unidos), el 11 de julio de 2015
¡Buenos días, hermanos y hermanas en Jesucristo! Dios nos ha bendecido grandemente al permitirnos el privilegio de reunirnos juntos a adorar a Dios en San Antonio en este último sábado de mañana del 60° Congreso de la Asociación General. Provenimos de todas partes del planeta. Hay aquí personas llenas del Espíritu Santo y listas para proclamar los mensajes de los tres ángeles con gran poder al aprender cada día de Cristo lo que significa ser sus seguidores unidos, esta mañana, como el gran movimiento adventista y la familia espiritual de Dios. Agradecemos al Señor por las maneras en las que ha dirigido a este Congreso de la Asociación General durante los últimos diez días, y le damos toda la gloria por la unidad y la firmeza de propósito para el cumplimiento de su misión para este planeta moribundo.
“Como lo expresé hace cinco años, la Iglesia Adventista del Séptimo Día es el movimiento remanente de Dios, que está compuesto por los que según Apocalipsis 12:17 guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo, y se encuentran en un viaje en dirección al cielo. Tenemos que avanzar, no retroceder, porque casi estamos en casa. Estoy más convencido que nunca que el regreso de Cristo está cercano, aun a las puertas”. El cántico lema del congreso nos ha servido muy bien durante muchos años, porque expresa: “¡Oh, qué esperanza!”, proclamando la gran expectativa de los adventistas del séptimo día en todo el mundo: ¡Cristo viene pronto!
[Wilson repite esa frase en otros diez idiomas: español, francés, portugués, suajili, ruso, coreano, árabe, chino, hindi y tagalo].
Y en muchas otras lenguas del mundo, compartimos esas palabras de aliento y esperanza. Es el gran tema de este Congreso de la Asociación General 2015: “¡Levántate! ¡Resplandece! ¡Cristo viene!”
Anhelamos el regreso de Cristo. Pero, ¿por qué estamos aún en esta tierra? Durante un buen tiempo, Jesús ha estado anhelando regresar. En las profecías de períodos de tiempo ya no tenemos más tiempo. Esos períodos terminaron en 1844, con el comienzo del juicio investigador. En este mismo momento, Cristo está ministrando por nosotros en el Lugar santísimo del santuario real en el cielo. Quiere derramar sobre su pueblo la lluvia tardía del Espíritu Santo para que este termine su obra en esta tierra. Anhela que nos humillemos ante él y que nos apoyemos por completo en sus brazos eternos. Quiere que compartamos las buenas nuevas de salvación de que somos salvados por gracia y no por nosotros mismos, para que nadie se gloríe, sino que es un don de Dios, como leemos en Efesios 2:8-9. Al compartir su justicia de justificación y santificación que obra en nosotros “tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad”, como nos lo dice Filipenses 2:13. Al compartir que la buena obra que él ha comenzado “la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”, como lo expresa Filipenses 1:6. Pero somos laodicenses, y necesitamos humillarnos ante el Señor y comprar de él, como se nos instruye en Apocalipsis 3:18, “oro refinado en el fuego para que [seamos ricos], y vestiduras blancas para [vestirnos], para que no se descubra la vergüenza de [nuestra] desnudez. Y [ungir nuestros] ojos con colirio para que [veamos]”.
Sí, Señor. Tómanos, moldéanos, renuévanos y llénanos. Revívenos y refórmanos por medio de tu poder santificador diario al leer tu Santa Palabra, tu espíritu de profecía y orar con fervor por el Espíritu Santo en nuestra vida. Sí, “Reavivamiento y reforma” para este nuevo quinquenio y hasta el fin del tiempo de gracia. “Reavivamiento y reforma: Para usted, su familia, su iglesia y su comunidad”. Queremos esa experiencia por medio de la sangre y la gracia de Jesucristo, y un caminar diario con él. ¡Queremos ir al hogar!
Conocemos las señales de Mateo 24 y nos damos cuenta de los desafíos políticos que ahora están más allá del control de la mayoría de los gobiernos actuales. Vemos condiciones económicas que son frágiles y que carecen de confianza, catástrofes naturales que son cada vez tienen mayor intensidad y destrucción, cambios sociales que representan un desafío para la misma Palabra de Dios, el ecumenismo, que está creciendo con rapidez con su influencia falsa, no bíblica y neutralizadora sobre la sociedad, y a pesar de ello, aún estamos aquí. Pero Dios nos dice: “¡Levántate! ¡Resplandece!” Nos está diciendo que seamos testimonios poderosos del mensaje maravilloso de Cristo a este caótico mundo, lo que indica que el gran conflicto está por llegar a su fin y Jesús regresará a buscar a su pueblo. En el último capítulo del último libro de la Biblia, en tres ocasiones (Apocalipsis 22:7, 12 y 20), Jesús mismo nos dice: “He aquí vengo pronto”. Señor, queremos ir al hogar. Queremos cruzar el río Jordán hasta la Tierra Prometida. Abre un camino ante nosotros. Acompáñanos en medio de las aguas. Depositamos nuestra confianza completamente en ti. Guíanos a través del tormentoso Jordán hasta nuestro hogar eterno, y no permitas que retrocedamos. Ayúdanos a depender plenamente de ti para cada necesidad a pesar de la tentación de retroceder. Tú eres nuestra Roca y nuestra Salvación. ¡Ayúdanos a cruzar el Jordán, y a no retroceder!
Los invito a leer junto conmigo Deuteronomio 34:1-5: “Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó, y le mostró Jehová toda la tierra […]. Y le dijo Jehová: ‘Esta es la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: “A tu descendencia la daré”. Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás allá’. Allí murió Moisés, siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová”.
Moisés estaba tan cerca y, sin embargo, tan lejos. La Biblia indica que cuando Moisés murió, Dios mismo lo sepultó. Sabemos que Dios devolvió a Moisés a la vida, y lo llevó al cielo como ejemplo de los que morirán en Cristo y serán levantados por medio del poder vivificante del sonido de la trompeta al momento de su segunda venida.
Hace alrededor de un año, fue un privilegio para mí estar sobre el Monte Nebo y contemplar las vastas planicies más abajo, al norte hacia el Mar de Galilea, a través del río Jordán hacia Jericó, hacia el sur en dirección al Mar Muerto. Fue una experiencia emocionante darme cuenta de que Dios le habló allí a Moisés y le permitió ver la historia futura de los altibajos de Israel, su compromiso renovado con Dios, y su recaída en prácticas egocéntricas e idólatras. Los vio sujetos a poderes extranjeros. Vio que Jesús vino como bebé, y contempló su vida y ministerio maravillosos y perfectos. Vio su agonía en el Getsemaní, la traición, los azotes y la crucifixión. Patriarcas y profetas, en las páginas 451 y 452, dice: “El corazón se le llenó de angustia, y su identificación con el pesar del Hijo de Dios hizo caer amargas lágrimas de sus ojos […].El dolor, la indignación y el horror embargaron el corazón de Moisés cuando vio la hipocresía y el odio satánico que la nación judía manifestaba contra su Redentor, el poderoso Ángel que había ido delante de sus mayores. Oyó el grito agonizante de Jesús: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’ (Mar. 15:34 […]. Pero miró otra vez, y lo vio salir vencedor de la tumba y ascender a los cielos escoltado por los ángeles que lo adoraban, y encabezando una multitud de cautivos. Vio las relucientes puertas abrirse para recibirlo, y la hueste celestial dar en canciones de triunfo la bienvenida a su Jefe supremo. Y allí se le reveló que él mismo sería uno de los que servirían al Salvador y le abriría las puertas eternas”.
Dios le reveló a Moisés la historia de la iglesia cristiana, por lo que pudo ver que los discípulos predicaron el evangelio, la bienvenida que se les dio a todos aquellos que aceptaron el mensaje de Cristo, quienes por fe, llegaron a ser parte de la simiente de Abrahán, siendo llamados “a cumplir y comunicar al mundo la ley de Dios y el evangelio de su Hijo” (PP 452). Vio el mundo cristiano, que profesa aceptar a Cristo pero niega la ley de Dios. Vio que el sábado como día de reposo era ignorado y rechazado por la mayoría, pero respetado por unos pocos. Patriarcas y profetas, página 453, nos dice: “Se le mostró la última gran lucha de las potencias terrenales para destruir a los que guardan la ley de Dios […]. Escuchó el pacto de paz que Dios hará con los que hayan guardado su ley […]. Vio la segunda venida de Cristo en gloria”. Entonces vio la Tierra Nueva, la Tierra Prometida, más hermosa que cualquier cosa que hubiera visto. Patriarcas y profetas, página 453, lo describe de esta forma: “Con gozo indecible, Moisés mira la escena, el cumplimiento de una liberación aun más gloriosa que cuanto hayan imaginado sus esperanzas más halagüeñas. Habiendo terminado para siempre su peregrinación, el Israel de Dios entró por fin en la buena tierra”.
Vayamos al Monte Nebo por unos breves momentos, allí donde Moisés contempló esta visión profética del futuro.
[Se muestra a la audiencia el video clip de Wilson sobre el Monte Nebo].
¡Qué privilegio tuvo Moisés de ver lo que Dios iba a hacer para su pueblo a lo largo de toda la historia y hasta el presente! Pronto cruzaremos el Jordán figurado, para acceder a la Tierra Prometida, y seremos recibidos por el Padre, por Cristo, por el Espíritu Santo, por Moisés, por Elías, por Enoc y por los ángeles.
Pero regresemos por un momento a los israelitas, que aún estaban al oriente del Jordán después de cuarenta años de andar por el desierto. Aún no habían cruzado. Pasaron treinta días de duelo por la muerte de Moisés. Recién cuando les fue quitado comprendieron plenamente la función paternal que había tenido en sus vidas, su sabiduría y sus consejos. Sin embargo, no estaban solos. La nube durante el día, y la columna de fuego por las noches sobre el tabernáculo les recordaban constantemente de que el Dios Poderoso estaba de su lado. Hermanos y hermanas, el Dios Todopoderoso está hoy con nosotros en este estadio, y en todo el mundo, en momentos en que nos preparamos para cruzar el Jordán. ¡No retrocedan!
Josué, que había sido elegido como reemplazante de Moisés, llegó a ser el líder reconocido de Israel. Josué era valiente, tranquilo, fiel, firme, solícito, leal, y tenía completa fe en Dios. Fue Josué a quien Dios escogió para guiar a los hijos de Israel hasta la Tierra Prometida, por medio del poder pleno y sobrenatural del Señor.
La lectura de Josué 1:2 en las Escrituras nos dice que Dios habló directamente con Josué, diciéndole: “Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán —CRUCEN EL JORDÁN…NO RETROCEDAN…CRUCEN EL JORDÁN— tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado […] todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies”. Josué y los hijos de Israel no tenían que desanimarse o retroceder. Dios continúa, en los versículos 6 y 7, con palabras dirigidas también a nosotros hoy aquí en San Antonio: “Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré dar a sus padres. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas”.
Apreciados creyentes adventistas del séptimo día, tengan buen ánimo en el Señor, y pídanle que los ayude a guardar su ley moral y hacer de la Santa Palabra de Dios el centro de todo lo que hagan. No permitan ser arrastrados hacia un lado u otro del camino. Permanezcan en el medio de la voluntad de Dios, crucen el Jordán y no retrocedan.
La Santa Palabra de Dios… ¡qué libro precioso es ese! Su ley, sus profecías, sus enseñanzas, su evangelio, sus cartas de amor dirigidas a nosotros. ¡Podemos contar con la Palabra de Dios!
Tengo tres Biblias conmigo, y las tres me resultan preciosas. Dos de ellas pertenecieron a ministros del evangelio ordenados que han muerto en Cristo. La primera Biblia perteneció a mi abuelo, N. C. Wilson, el primer N. C.
El abuelo fue un estudiante maravilloso de la Palabra. Solía escribirme cartas de aliento cuando era un joven pastor. Quise mucho a mi abuela y a mi abuelo Wilson. Ambos amaban la Palabra de Dios y el espíritu de profecía.
Esta segunda Biblia perteneció a mi querido padre, Neal C. Wilson, el segundo N. C. Papá me enseñó a reverenciar y creer en la Santa Palabra de Dios. A papá le gustaba mucho predicar de la Palabra, una fuente inagotable de las enseñanzas de Dios. Tanto mi preciosa madre como mi querido padre amaban mucho a la Santa Biblia y al espíritu de profecía. Ambos me legaron una confianza plena y un amor por la lectura simple de la Palabra de Dios, así como un gran aprecio sobre el espíritu de profecía. Jamás escuché un comentario despectivo de parte de mis padres sobre la Biblia o el espíritu de profecía, sino tan solo un gran respeto y aceptación.
Les ruego que tengan el mismo amor y respeto por este Libro y el espíritu de profecía. Si hace ya tiempo que ustedes no han leído mucho de uno o del otro, los invito a tomar la Biblia y leerla. Tomen El camino a Cristo, El Deseado de todas las gentes, El ministerio de curación, El conflicto de los siglos, Patriarcas y profetas, losTestimonios y cualquier otro libro del espíritu de profecía, y a leerlos. Sean testigos entonces de lo que Dios hará en sus corazones y sus vidas. Participen con los miembros de iglesia de todo el mundo al comenzar este quinquenio leyendo todos los días un capítulo de la Biblia y aproximadamente dos páginas de la serie “El conflicto de los siglos”. El último quinquenio, fue un gozo leer la Biblia completa, y este quinquenio sucederá lo mismo. Por supuesto, si usted ya está participando de un programa de lectura, por favor siga adelante, pero lo invito a experimentar la Palabra de Dios y el espíritu de profecía en su vida todos los días.
Como adventistas del séptimo día, aceptamos plenamente la Biblia como la Palabra inspirada de Dios. Entendemos que el espíritu de profecía es la luz menor, inspirado por la misma inspiración celestial que nos guía hacia la luz mayor, que es la Biblia. En el último Congreso de la Asociación General al que asistió Elena G. White, ella dio su mensaje y dejó entonces la plataforma. Pero entonces se detuvo y regreso para tomar en sus manos la gran Biblia que estaba en el púlpito, y proclamó: “Los encomiendo a este Libro”. Hermanos y hermanas, si deseamos cruzar el Jordán, leamos con dedicación la Palabra de Dios, permitiendo que sus instrucciones, por medio de la conducción del Espíritu Santo, transformen nuestras vidas. En Salmos 119:11, David dijo: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. ¡Podemos contar con la Palabra de Dios y el espíritu de profecía!
Y aquí está mi Biblia. La he tenido ahora por cinco años, dado que por esa época perdí otra preciosa Biblia en un avión. Compré entonces esta y la he atesorado. Sin embargo, desde ese momento, he perdido ESTA Biblia en dos ocasiones, pero ambas veces el Señor me la ha devuelto milagrosamente. Es preciosa no solo porque es mi Biblia de estudio y predicación, sino porque es la Palabra de Dios. El que recuperó esta Biblia la última vez que la perdí, me dio una conexión especial de manera que no la vuelva a perder. Es “La correa de la Biblia de Ted”. Amigos míos, puede que vuelva a perder esta Biblia real, pero jamás perderé la Santa Palabra de Dios, porque es imposible perderla. La Palabra de Dios es segura y fundamental. Es eterna, y por ello podemos creer en la simple lectura de la Palabra.
Este libro precioso, la Biblia, es verdadero y confiable. Usted puede leerlo con el simple lenguaje de su elección, y sus dichos suenan verdaderos.
Sí, Dios creó realmente este mundo en seis días literales y consecutivos, y descansó en el séptimo día, el sábado, y él nos pide que hagamos lo mismo como una señal eterna de nuestra lealtad hacia él. Los israelitas cruzaron milagrosamente el Mar Rojo. Dios en efecto les proveyó del maná. Los diez mandamientos fueron escritos por el propio dedo de Dios. El servicio del santuario muestra en efecto la salvación y el ministerio de Cristo en la tierra y en el cielo. Jesús vino en efecto como bebé, vivió una vida perfecta, murió por nosotros, resucitó por nosotros, fue al cielo y regresará de la misma manera. Cristo está ministrando por nosotros como nuestro Sumo sacerdote, y entró al Lugar santísimo en 1844 para completar el juicio investigador. ¡Jesús viene pronto! La Palabra de Dios es exacta y verdadera, y puede ser comprendida. Así. Tal cual. Podemos leerla.
Josué 1:8, 9 nos dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.
Esta fue la señal de Dios a los israelitas para que cruzaran el Jordán. Josué ordenó que se llevaran a cabo los preparativos para el cruce.
Josué 3:1 nos dice que Josué se levantó temprano y que todos los hijos de Israel se dirigieron y reposaron junto a la ribera del Jordán. Había llegado el momento de la prueba, de ver una vez más los grandes milagros de Dios. El versículo 3 dice: “Cuando veáis el Arca del pacto de Jehová, vuestro Dios, y a los levitas sacerdotes que la llevan, saldréis del lugar donde estáis y marcharéis detrás de ella”. El versículo 5 agrega: “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”. Cuando nos humillamos ante el Señor y los unos a los otros, cuando le rogamos a Dios que nos dé la lluvia tardía del Espíritu Santo, cuando permitimos que el poder santificador del Espíritu Santo nos haga más y más semejantes a Cristo, veremos “maravillas” entre nosotros, porque el mensaje adventista se esparcirá como reguero de pólvora.
En el versículo 9, Josué le dijo a la gente: “Escuchad las palabras de Jehová, vuestro Dios”. Dios prometió que él echaría a los habitantes de la Tierra Prometida.
¡Los sucesos que siguieron son fascinantes! Josué 3:14-16 nos dice: “Aconteció que cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el Arca del pacto, y cuando los que llevaban el Arca entraron en el Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el Arca se mojaron a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se amontonaron bien lejos”.
Era primavera, y las aguas estaban muy altas. Patriarcas y profetas, página 459 informa: “El ejército descendió a la orilla del Jordán. Todos sabían, sin embargo, que sin la ayuda divina no podían esperar cruzar el río. Durante esa época del año, la primavera, las nieves derretidas de las montañas habían hecho crecer tanto el Jordán que el río se había desbordado, y era imposible cruzarlo en los vados acostumbrados. Dios quería que el cruce del Jordán por Israel fuera milagroso”.
Muchas veces Dios nos lleva a situaciones difíciles o imposibles en las que le damos la gloria, al ver de qué manera acomoda las cosas y nos permite avanzar en medio de esa dificultad. Hermanos y hermanas, ¡crucen el Jordán y no retrocedan! ¿Es nuestra reacción la de dar gloria a Dios cuando él nos abre el camino? Es por eso que Dios quiere que recordemos sus intervenciones en nuestra vida y que establezcamos hitos conmemorativos de manera de no olvidar jamás de “cruzar el Jordán y no retroceder”.
El versículo 17 dice que los sacerdotes que llevaron el arca permanecieron en medio del Jordán hasta que todo el pueblo cruzó el río. Antes de que los sacerdotes abandonaran el lugar, Josué pidió representantes de las doce tribus para que tomaran una gran roca del lecho del río en representación de su tribu y para establecer un hito conmemorativo. Josué 4:6, 7 dice: “Para que esto quede como una señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos pregunten a sus padres mañana: ‘¿Qué significan estas piedras?’, les responderéis: ‘Las aguas del Jordán fueron divididas delante del Arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron, y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre’”.
Siempre ha existido la necesidad de recordar, de establecer algo que constantemente sirva de recordatorio. Ese fue el propósito del hito de piedras que marcaba el cruce de los israelitas: recordar lo que Dios había hecho. Es por eso exactamente que él quiere que recordemos lo que está sucediendo aquí en San Antonio, lo que el Espíritu Santo está haciendo en nuestra vida, de que nuestra misión es la de proclamar “¡Levántate! ¡Resplandece! ¡Cristo viene!” Ustedes son esos “hitos”. Dios tiene un propósito especial para cada uno de nosotros, los que conformamos su iglesia remanente, y es el de recordar la manera en que él nos ha guiado en el pasado.
En el libro La iglesia remanente, página 38, leemos: “Al repasar nuestra historia pasada, habiendo recorrido todas las etapas de nuestro progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabado sea Dios! Mientras contemplo lo que Dios ha hecho, me lleno de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que nos olvidemos de la manera como Dios nos ha conducido”.
¡Qué privilegio es testificar del poder de Dios al conducir al movimiento adventista y lo que él hará durante los días finales de la historia de la tierra! Por supuesto, Dios no solo desea que recordemos, sino que quiere que participemos de manera activa en la misión real de su iglesia, la razón por la cual usted y yo somos miembros de esta preciosa Iglesia Adventista del Séptimo Día. Hago un llamado a todos los miembros de las iglesias locales en todas partes para que participen un vibrante programa de “Reavivamiento y reforma”: Para ustedes, sus familias, sus iglesias y sus comunidades. Miembros laicos, los desafío a que se involucren en la misión diaria de la iglesia, mucho más de lo que lo han hecho en el pasado. ¡Contamos con ustedes! Ustedes son un “hito”, un testimonio viviente y un recordatorio de la verdad de Dios. Participen de la obra misionera y de evangelización todo lo que sea posible. Dediquen tiempo para leer y orar por el plan estratégico de la Iglesia Adventista denominado “Alcanzar al mundo”. Es el plan de ustedes. Es nuestro plan. Es el plan de Dios. El evangelismo es la vida de la iglesia. Todos nosotros tenemos que participar de ella, ya sea por medio de la testificación personal, el evangelismo en grupos pequeños o el evangelismo público en sus diversas formas. Cada vez que predico toda una campaña de evangelización como lo hice en mayo pasado en Harare (Zimbabue), experimento una renovación de mi vida espiritual y me siento más afirmado en la comprensión bíblica maravillosa que Dios nos ha dado como adventistas. Me siento tan entusiasmado por el precioso mensaje tan lógico y precioso dado por Dios a los adventistas. Hago un llamado a todos los administradores, pastores y laicos de todas partes para que participen del evangelismo público personal y especialmente público aun cuando crean que eso no funciona en el lugar donde viven. Adapten sus métodos, pero háganlo. Con la bendición de Dios, cada esfuerzo que lleven a cabo para alcanzar los corazones de las personas tendrá su fruto. ¡El evangelismo no está muerto! ¡Está más vivo que nunca! ¡Dios está en ello! Es su plan, y él lo bendecirá.
Estamos juntos en esto, bajo la mano omnipotente de Dios: los líderes y los miembros de la iglesia, trabajando juntos en la obra misionera. Observemos cómo obra el Señor mientras aprendemos a descansar completamente en su poder. Testimonios para la iglesia, tomo 9, página 95, nos dice: “La obra de Dios en este mundo no podrá terminarse hasta que los hombres y las mujeres que componen la feligresía de nuestra iglesia se interesen en la obra y unan sus esfuerzos con los de los ministros y dirigentes de la iglesia”. Dios quiere que nos unamos en la obra misionera más grande que el mundo ha visto alguna vez. La lluvia tardía del Espíritu Santo caerá, y la obra será terminada.
Apreciados miembros de iglesia, permitan que el Espíritu Santo revolucione sus pensamientos. Háganse cargo de manera diaria de la obra misionera de la iglesia, trabajando en estrecha colaboración con los líderes y pastores de la iglesia. Que exista una participación total. No se involucren tan solo en la mecánica de la iglesia. Por supuesto, es necesario participar del funcionamiento de la iglesia en sí, para que esta siga avanzando, pero lo que es más importante, necesitamos la capacitación de los laicos para llevar la carga de la obra misionera y de evangelización de la iglesia junto con los pastores y obreros de la iglesia. ¡Cuéntenle a otra persona de su relación con Cristo! ¡Es hora de ir al hogar! “¡Levántate! ¡Resplandece! ¡Cristo viene!” Obedezcan la orden divina, que nos dice: “¡Crucen el Jordán! ¡No retrocedan!”
Jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, esta es su iglesia. Este es el movimiento adventista de ustedes. Esta es la misión de ustedes. Cristo es su Maestro. Aprovechen cada oportunidad de servir a los demás en el nombre de Cristo. Obedezcan la orden divina, que nos dice: “¡Crucen el Jordán! ¡No retrocedan!”
Pastores, profesionales de salud y docentes, ustedes están llevando a cabo una obra maravillosa por el Señor. Manténganse firmes en la Palabra de Dios. Sigan afirmados en los pilares del movimiento adventista de Dios. Obedezcan la orden divina, que nos dice: “¡Crucen el Jordán! ¡No retrocedan!”.
Esposos, esposas y familias, no permitan que nada se cuele en sus hogares que pueda distraerlos de los planes divinos para ustedes y sus hijos. Eliminen cualquier influencia, ya sea de la televisión, los medios sociales, la música o los libros que puedan distraerlos de Cristo y las verdades de la Biblia. Obedezcan la orden divina, que nos dice: “¡Crucen el Jordán! ¡No retrocedan!”
Hago un llamado a todos aquí en la iglesia para que dejemos de lado las diferencias de opinión y nos humillemos ante Dios. Ahora es el tiempo de unirnos bajo Cristo, nuestra Justicia.
El libro Testimonios para la iglesia, tomo 9, página 117, nos dice: “Los obreros de Dios deben unirse unos con otros en amante simpatía. El que dice o hace cualquier cosa que tienda a separar a los miembros de la iglesia de Cristo, está obrando contra el propósito del Señor. Los malos entendimientos y las disensiones en la iglesia, la estimulación de la sospecha y la incredulidad, están deshonrando a Cristo”. Dios habló por medio de Elena White con un ruego suplicante dirigido a cada uno, según se encuentra en el mismo libro, en la página 175: “Oro para que él suavice y subyugue todo corazón […]. Que no haya exaltación [del yo]. Si los obreros humillan sus corazones delante de Dios, vendrá la bendición”.
Al unirnos bajo la dirección divina, veremos que está guiando a sus hijos hacia el Jordán de tantas maneras en diversas partes del mundo, porque el cielo está tocando sus vidas y las vidas de aquellos con quienes se ponen en contacto. Pienso en Tihomir Min, un joven búlgaro-vietnamita que conocí el año pasado en Hanói, quien me compartió su testimonio personal y travesía continuada hacia la verdad de Dios. Tihomir tenía preguntas sobre Dios y sobre sus raíces cuando crecía en Bulgaria de madre búlgara y padre vietnamita. Cuando tenía unos 10 años, sus padres se divorciaron. Tihomir enfrentó desafíos en su búsqueda de Dios, lo que incluyó ataques de espíritus malignos mientras trataba de hallar la paz. Oró entonces diciendo que si había un Dios, quería que este lo ayudara. De repente, comenzó a sentir alivio y aliento. Finalmente hallo un sitio web cristiano que le ofreció aliento, algunos cedés y el libro El conflicto de los siglos. Descubrió que el administrador del sitio web era adventista del séptimo día. La lectura de El conflicto de los siglos hizo que Tihomir leyera la Biblia, lo que lo entusiasmó en gran manera y transformó su vida. Dice Tihomir: “Mi vida cambió cuando abrí los ojos a Dios”.
Tihomir sintió el impulso de viajar a Vietnam. Allí halló a parte de su familia, pero descubrió asimismo una familia mucho más grande: la familia de Dios. Mientras estaba en Hanói, Tihomir experimentó algunos desafíos y buscó una iglesia. Trato de hallar una iglesia adventista, pero en esa gran ciudad no tenemos un solo edificio propio y tan solo un reducido número de creyentes. La División de Asia Pacífico Sur, la Unión del Sudeste Asiático, la Misión de Vietnam, la Asociación General y otros tienen planes de establecer con más solidez la obra de Dios en esa importante ciudad capital. Si conocen a alguien que podría ayudarnos de alguna manera en este sentido, por favor pónganse en contacto con la División de Asia Pacífico Sur, o nuestras oficinas.
Tihomir buscó en Internet para encontrar una iglesia adventista del séptimo día en Hanói. Finalmente halló información. Dice él que en realidad no sabía en qué creíamos, pero quería visitar una iglesia para descubrirlo. Comenzó a reunirse con el pequeño grupo de adventistas que en su mayor parte está compuesto por trabajadores de ADRA/Vietnam. Tihomir siguió asistiendo porque descubrió allí tantas personas felices que lo alentaron. Con el tiempo, llegó a saber mucho más de Cristo y nuestras creencias bíblicas. Se sintió lleno de gozo de encontrar al fin la paz. Tihomir fue bautizado y se unió a la pequeña iglesia adventista del séptimo día en Hanói. Aún tiene desafíos y dificultades personales en su caminar cristiano, pero está testificando a muchas personas en los altos estratos de la sociedad, y está aprendiendo más sobre qué significa caminar con Dios a cada paso del camino. A pesar de los problemas que aún enfrenta, dice que hallar a Dios fue lo mejor que le ha pasado en la vida. Les pido que oren por Tihomir en su caminar diario con el Señor, mientras Dios lo guía para que él también cruce el Jordán hacia la Tierra Prometida.
Pienso en Dolores Slikkers, una miembro de iglesia sumamente solícita y generosa quien, junto con León, su devoto esposo, ayudó a que muchos estudiantes hallaran un significado real en la vida dando la gloria a Dios en sus profesiones. En marzo pasado, en una sesión de la Junta de la Universidad Andrews, se colocó una silla vacía frente al nombre de Dolores y algunas hermosas flores que colocó el doctor Niels-Erik Andreasen, rector de la universidad, como muestra de respeto y amor. Verán ustedes, Dolores falleció en diciembre del año pasado en un accidente de tránsito, pero ahora aguarda al Rey que la llevará a través del Jordán a la Tierra Prometida junto con los cientos de estudiantes que ella ayudó.
Pienso en Ricky, un joven sordomudo de Riveralta (Bolivia), cuyas oraciones fueron contestadas después de que comenzó a estudiar la Biblia por su cuenta. Según Winston Sarzuri, director de Ministerios Personales y Evangelismo de la Misión de Bolivia Oriental, y Robert Costa, secretario asociado de la Asociación Ministerial de la Asociación General, Ricky se puso en contacto con la iglesia y sus enseñanzas bíblicas por medio de Internet. En la institución pública donde estudiaba Ricky hay varios jóvenes sordos. Entre los demás estudiantes sin discapacidades, había una fiel jovencita adventista que le estaba pidiendo a Dios que le mostrara de qué manera compartir con sus compañeros el amor de Cristo, su poder de salvación y la gozosa esperanza que nos brinda. Cuando se dio cuenta de que Ricky estaba realmente interesado en estudiar la Biblia, se esforzó para aprender en tiempo récord el lenguaje de señas para testificar de Cristo. Cuando esta fiel jovencita compartió a Jesús con Ricky por medio del lenguaje de señas, este aceptó a Cristo y todas nuestras creencias fundamentales. Llegó entonces a ser un sólido discípulo y un instructor bíblico que compartió el mensaje adventista con otros ocho estudiantes sordos. En abril pasado, todos los estudiantes sordos de esa institución asistieron a una campaña de evangelización en Bolivia a cargo del pastor John Bradshaw, de Está escrito. La líder del gobierno local a cargo de los sordos asistió a las reuniones para traducir los mensajes al lenguaje de señas, y quedó impresionada de que nuestra iglesia se interesara en el grupo de sordos, y ahora ella también se ha interesado en las creencias adventistas. Ella y su esposo sordo se han puesto en contacto con nuestros pastores en el lugar para conseguir materiales adventistas para los sordos. Mostremos siempre interés en los grupos con necesidades especiales. Dediquemos tiempo a los que pasan por situaciones especiales y con quienes podemos compartir a Cristo y a este precioso mensaje adventista. Como resultado, se espera formar una nueva congregación con muchos sordomudos como sus potenciales miembros en Santa Cruz, la ciudad más grande de Bolivia. En abril pasado, Ricky fue bautizado. Al salir del agua hizo gestos en el lenguaje de señas para mostrar su alegría, contando al mundo cuán feliz se sentía de dar su vida a Cristo.
Mis apreciados miembros de iglesia aquí en este estadio y a los que siguen el culto por Internet, no se desanimen mientras marchan para cruzar el Jordán. ¡Estamos cerca del hogar! ¡Casi estamos allí! No se distraigan o desalienten. Avancen con plena confianza en el Creador, el Redentor, el Cordero y el Sumo sacerdote que nos dice en Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Puede que ahora mismo estén necesitando ese oportuno socorro, y sabemos que por cierto, según la profecía bíblica, en un futuro cercano lo necesitaremos, en ese momento cuando nuestra única esperanza y salvación se encuentre en depender plenamente de Cristo, la Roca. Ahora mismo, es él a quien necesitamos en nuestra obra mundial de proclamar los mensajes de los tres ángeles que nos ha encomendado el cielo.
Jesús, con su gracia, su fortaleza, su amor incomparable y su justicia, es el centro mismo de los mensajes de los tres ángeles, y la única respuesta para poder llegar del otro lado del Jordán. Reclamemos las promesas que tanto nos consuelan y nos animan, esas que se encuentran en Salmos 37:5-7: “Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová y espera en él”.
Dios los está llamando hoy para que se unan a la proclamación final de la salvación de Cristo, sus buenas nuevas y su pronta segunda venida.
Creamos a la Palabra de Dios, creamos en los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis, creamos en el espíritu de profecía. ¡Jesús viene pronto! ¡Qué gran día será ese! Crucen el Jordán, no retrocedan para caer en la incredulidad y el cinismo.
Somos salvos por medio del poder justificador y santificador de Jesucristo y solo por él, salvados por medio de su justicia. El servicio del santuario de Dios señala a Cristo y su justicia, y debería ser estudiado y compartido a conciencia. Profundicen la comprensión que tienen del Salvador Jesucristo. Manténganse alejados de la superficialidad y la sugerencia de decir “solo Jesús” e ignorar las verdades doctrinales de Cristo. Mis hermanos y hermanas, nuestras creencias y doctrinas fundamentales bíblicas tienen todas ellas a Cristo como su centro. ¡Qué privilegio compartir este mensaje profético, y pedir con humildad a Dios que nos dé el reavivamiento y la reforma por medio del poder del Espíritu Santo! Crucen el Jordán, y no retrocedan para caer en el legalismo, misticismo, superficialidad o en el sentimentalismo sin sentido.
Los mensajes de los tres ángeles tienen que ser proclamados por cada uno de nosotros con el poder del Espíritu Santo. Vivan la verdad por medio de la morada del Espíritu Santo y el estudio diligente de la Biblia y el espíritu de profecía. ¡Crucen el Jordán, no retrocedan para caer en ideas mundanas o no bíblicas contemporáneas sobre la teología, o en el descuido en la práctica de la vida cristiana!
Acepten y promuevan el mensaje de salud completo de Dios que puede bendecirnos física, mental, social y espiritualmente. Usen este brazo derecho del ministerio abarcador de salud para alcanzar a las personas en “Misión a las ciudades” y en las zonas rurales. Entusiasma ver de qué manera las personas están aceptando el énfasis de salud, con un compromiso pleno de permitir que Dios controle sus vidas y sus estilos de vida. ¡Crucen el Jordán, y no retrocedan para caer en el escepticismo, la alta crítica, el fanatismo o el formalismo!
Muy pronto, uno de estos días, miraremos hacia arriba y veremos una pequeña nube negra del tamaño de la mitad de la palma de la mano. Se volverá más y más grande, y más y más brillante. Todo el cielo se volcará para participar de este evento culminante, y todos los millones de ángeles conformarán esa maravillosa nueve con un brillante arco iris por sobre los relámpagos. Allí en medio de esa increíble nube estará Aquel a quien hemos esperado, Aquel de belleza plena, nuestro Salvador y Señor Jesucristo, que vendrá como Rey de reyes y Señor de señores. Miraremos hacia arriba y diremos: “¡Este es nuestro Dios a quien hemos esperado!” Y Cristo nos mirará y nos dirá: “Bien hecho, siervos buenos y fieles, entren en el gozo del Señor”. Entonces estaremos con él y recibiremos la recompensa de los justos que han dependido completamente de Cristo. Cruzaremos figuradamente el Jordán para comenzar nuestro viaje final a través del espacio para ingresar a la Tierra Prometida en el cielo. Estaremos con él en un marco perfecto, para ya nunca más separarnos, en cumplimiento de sus promesas reveladas en el capítulo 22 de Apocalipsis, el último capítulo de la Biblia. En los versículos 3 al 7, leemos: “Y no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, sus siervos lo servirán, verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. Allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos. Me dijo: ‘Estas palabras son fieles y verdaderas. El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡Vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro’”.
Esas son las promesas de Dios para usted, para mí y para esta iglesia remanente, que es el movimiento adventista. Esa maravillosa Tierra Prometida revelada en el Apocalipsis es donde iremos cuando nos elevemos para recibirlo en el aire. Cruzaremos el Jordán e iremos al cielo a vivir con él para siempre. ¡Qué gran día será ese! Por la gracia y la justicia de Jesucristo, quiero estar allí ese día.
Si ese es su deseo, el de entregarse humildemente a Cristo y compartir su amor y sus mensajes proféticos con el mundo, ¿le gustaría acompañarme ahora mismo poniéndose de pie?
Si nos comprometernos una vez más poniéndonos en las manos de Jesús, nuestro Capitán todopoderoso, él promete guiarnos por el Jordán hasta entrar a la Tierra Prometida. Alcancemos al mundo con las extraordinarias buenas nuevas de la victoria final por medio de la sangre y la gracia de nuestro Creador, Redentor, Sumo sacerdote, Rey próximo a venir y mejor Amigo Jesucristo. “¡Levántate! ¡Resplandece! ¡Cristo viene!”
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