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martes, 24 de octubre de 2017

¿Que pasó el 22 de Octubre 1844?

El Chasco de 1844

que pasó el 1844 22 octubre¡Póngase el cinturón de seguridad! Vamos a explorar la profecía más extensa de la Biblia. Una profecía que predijo perfectamente la primera venida de Jesús, así como el momento de su muerte. Dios tiene un mensaje ¡que debe ser dado a toda persona en esta tierra antes del regreso de Jesús! El primer punto del mensaje llama solemnemente a la gente a adorar a Dios y darle honra porque la hora de su asombroso juicio ha llegado (Apocalipsis 14:7). En los capítulos 8 y 9 del libro de Daniel, Dios revela la fecha en que el juicio ha de comenzar. Además, Dios presenta pruebas de que Jesús su Hijo Divino, es el Mesías. ¡No hay otra profecía de la Biblia que sea de tanta importancia –sin embargo, relativamente pocos la conocen! Por favor, lea los capítulos 8 y 9 de Daniel antes de continuar, y pídale a Dios que lo ayude a entender esta maravillosa lección. Recomendamos pasar por este estudio sobre Daniel 8 primero.
Después de la visión del capítulo 8 de Daniel, el ángel Gabriel vino y empezó a explicarle la visión. Cuando Gabriel llegó al punto de los 2,300 días, Daniel se desmayó y estuvo enfermo por algún tiempo. Recuperó su fuerza y continuó trabajando en los asuntos oficiales del rey, pero estaba preocupado por la parte de la visión de los 2,300 días, sobre la que él no había recibido explicación. Daniel oró fervientemente por su pueblo, los judíos, que estaban cautivos en Medo-Persia. Confesó sus pecados y le suplicó a Dios que perdonara a su pueblo. El capítulo 9 de Daniel comienza con la oración ferviente de confesión e intercesión ante Dios.
El ángel Gabriel lo tocó y declaró que había venido a explicarle el resto de la visión descrita en el capítulo 8 de Daniel (compare Daniel 8:26 con Daniel 9:23, y lee Daniel 9:21-23)
¿Cuántos de los 2,300 días serían determinados (o separados), para los judíos el pueblo de Daniel, y para Jerusalén su ciudad capital?
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia eterna, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.”- Daniel 9:24
Setenta semanas estaban “determinadas sobre,” o separadas para los judíos. Las setenta semanas proféticas equivalen a 490 años literales en profecias apocalipticas (Ezequiel 4:6, Números 14:34, Lucas 13:32-33). Entonces 70 semanas x 7= 490. El pueblo de Dios pronto estaría regresando de su cautiverio en Medo-Persia, y Dios descontaría 490 años de los 2,300, como un período asignado a su pueblo escogido. Esta era otra oportunidad para arrepentirse y servirle.
¿Qué evento y fecha marcaría el punto de partida de las profecías de los 2,300 días y de los 490 años?
“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos.” (Daniel 9:25)
El evento que marcó el punto de partida fue el decreto del Rey Artajerjes de Persia, que autorizaba al pueblo de Dios (que permanecía cautivo en Medo-Persia) a regresar a Jerusalén y restaurar la ciudad. El decreto que se encuentra en Esdras 7 fue emitido en el año 457 a.C.–el séptimo año del rey (versículo 7)–fue implementado en el otoño de ese mismo año. (Artajerjes comenzó su reinado en el 464 a.C).
El ángel dijo que 69 semanas proféticas, o sea 483 años literales (69 x 7 = 483), descontados del 457 a.C. nos llevarían hasta el Mesías (Daniel 9:25). ¿Fue así?
¡Por supuesto que sí! Los cálculos matemáticos muestran que hay 483 años completos desde el otoño del 457 a.C. hasta el otoño del 27 d.C. (Recordemos que los años antes de Cristo, a.C., se calculan en sentido regresivo). La palabra “Mesías” significa “ungido” (Juan 1:41, margen). Jesús fue ungido con el Espíritu Santo (Hechos 10:38), en el momento de su bautismo (Lucas 3:21,22). Su ungimiento se llevó a cabo en el año 15 del reinado de Tiberio César (Lucas 3:1), éste fue el 27 d.C. ¡Y pensar que esta predicción fue hecha 500 años antes!
Entonces Jesús empezó a predicar que “el tiempo es cumplido” (refiriéndose a los 483 años que llegarían hasta el Mesías). Verbalmente estaba confirmando el cumplimiento de la profecía (Marcos 1:14,15 Gálatas 4:4). Por lo tanto, Jesús comenzó su ministerio referiéndose a la profecía de los 2,300 días, enfatizando así su importancia y exactitud. Esta evidencia asombrosa y emocionante demuestra que:
A. La Biblia es inspirada.
B. Jesús es el Mesías.
C. Las demás fechsa en la profecía de los 2,300 días/490 años son válidas. ¡Qué fundamento tan firme en que podemos depender!
Hemos descontado 483 años de los 490 años proféticos. Hay sin embargo, una semana profética restante o sea, siete años literales, (Daniel 9:26,27). ¿Qué sucede después? ¿Cuándo sucede?
Daniel 9:26-27: Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo del príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra las asolaciones están determinadas.
Y por una semana confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolar, aun hasta una entera consumación; y lo que está determinado se derramará sobre el pueblo asolado.
Jesús es “cortado” o crucificado “a la mitad de la semana,” tres años y medio después de ser ungido—en la primavera del 31 d.C. Note cómo el evangelio es revelado en el versículo 26: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí.”
Alabado sea el Señor, cuando Jesús fue “cortado,” NO fue por él mismo. “El cual no hizo pecado” (1 Pedro 2:22), pero fue crucificado por nuestros pecados (1 Corintios 15:3 Isaías 53:5). La vida sin precio de Jesús fue voluntariamente ofrecida para salvarnos de nuestros pecados. ¡Aleluya, qué sublime salvador! El sacrificio expiatorio de Jesús es el mismo núcleo de los capítulos 8 y 9 de Daniel.
Puesto que Jesús murió después de tres años y medio, ¿cómo podía él “confirmar el pacto con muchos” por siete años completos, tal como lo especifica Daniel 9:27?
El pacto es el convenio sagrado para él salvar a su pueblo de sus pecados (Hebreos 10:16, 17). Después que terminó su ministerio de tres años y medio, Jesús confirmó su pacto por medio de sus discípulos (Hebreos 2:3). Primero los envió a la nación judía (Mateo 10:5, 6), porque el pueblo escogido tendría todavía la oportunidad de tres años y medio (incluidos dentro del segmento de los 490 años), para arrepentirse.
Cuando en el otoño de 34 d.C. terminó el período final de 490 años de oportunidad para la nación judía, ¿qué hicieron los discípulos?
Comenzaron a predicar el evangelio a otros pueblos y naciones del mundo (Hechos 13:46). Esteban, un diácono justo, fue públicamente apedreado en el año 34 d.C. Desde esa fecha en adelante los judíos, por rechazar a Jesús y el plan de Dios, ya no fueron considerados como el pueblo o la nación escogida. En su lugar, Dios recibe a personas de toda nacionalidad que lo aceptan y sirven, como judíos espirituales. Se han convertido en su pueblo escogido–“herederos de acuerdo a la promesa.” Judíos espirituales que, por supuesto, también incluyen a los judíos que individualmente acepten y deseen servir a Jesús (Gálatas 3:27-29; Romanos 2:28,29).
Después del año 34 d.C., ¿cuántos de los 2,300 años proféticos restaban? ¿Cuál es la fecha final de la profecía? ¿Qué dijo el ángel que ocurriría en esa fecha (Daniel 8:14)?
Quedaban 1,810 años restantes (2,300 – 490 = 1,810). La fecha final de la profecía es 1844 (34 a.C. + 1810 = 1844). El ángel le dijo a Daniel que el santuario celestial sería purificado, o que el juicio celestial comenzaría en esa fecha. (El santuario terrenal fue destruido en el año 70 d.C.) Recomendamos a este estudio para profundizar el tema del santuario, ya que el día celestial de expiación, o juicio, estaba programado para el fin del tiempo. Ahora sabemos que la fecha del comienzo del juicio es el año 1844. Dios fijó esta fecha. Es tan cierto como la fecha del 27 d.C. que indicaba que Jesús era el Mesías. El pueblo de Dios en este tiempo final debe estar anunciando esta gran verdad (Apocalipsis 14:6,7). Usted se sentirá emocionado y satisfecho al aprender los detalles del juicio al trabajar con la Guía de Estudios número 19. En los días de Noé, Dios declaró que el juicio del diluvio vendría en 120 años (Génesis 6:3)así sucedió. En el tiempo de Daniel, Dios declaró que su juicio del tiempo del fin empezaría en 2,300 años (Daniel 8:14)y esto se cumplió. El juicio de Dios del tiempo del fin ha estado en sesión desde 1844.
Significado del concepto “expiación”
La palabra inglesa para “expiación,” “atonement,” significa “at-one-ment” o el estado de llegar a ser de “un” pensamiento, o estar de acuerdo. Denota armonía en la relación. La armonía perfecta existía originalmente en todo el universo. Hasta que Lucifer, un brillante ángel celestial (como lo aprendimos en la Guía de Estudio número 2), desafió a Dios y a sus principios de gobierno. Una tercera parte de los ángeles del cielo siguió a Lucifer en su rebelión (Apocalipsis 12:3,4,7-9).
En la Biblia se le llama pecado a la rebelión en contra de Dios y de sus principios amorosos (Isaías 53:6, 1 Juan 3:4). El pecado trae dolor, confusión, caos, tragedia, pena, traición y toda clase de mal. Además su pena es la muerte (Romanos 6:23), en el lago de fuego (Apocalipsis 21:8). Muerte de la que no hay resurrección. El pecado aparece más rápido y es más dañino que el peor tipo de cáncer. Puso a todo el universo en jaque.
Por eso, Dios sacó a Lucifer y a sus ángeles del cielo (Apocalipsis 12-7-9). Lucifer recibió entonces un nombre nuevo”Satanás,” que significa “adversario.” Sus ángeles caídos ahora son llamados demonios. Satanás sedujo a Adán y Eva, y el pecado entonces atrapó a la humanidad. ¡Qué tragedia tan horrenda! El conflicto devastador entre el bien y el mal, había comenzado, y el mal parecía que empezaba a ganar la victoria. La situación parecía sin esperanza.
Aunque, ¡no!, Jesús, el Hijo de Dios Dios mismo—un ser superior a la suma de toda la humanidad que jamás llegara a existir en la tierra, estuvo dispuesto a entregar su vida en sacrificio para pagar la deuda de muerte por todos los pecadores (1 Corintios 5:7). Al aceptar su sacrificio, todo pecador estará libre de la condenación del pecado (Romanos 3:25). Este plan glorioso también incluye la entrada de Jesús en la vida de cada persona que le invita (Apocalipsis 3:20), para renovarlo (2 Corintios 5:17). Jesús proveyó poder para resistir a Satanás y para restaurar en nosotros la imagen de Dios (Génesis 1:26,27 Romanos 8:29).
Esta bendita oferta de expiación incluye un plan para aislar el pecado y destruirloincluyendo a Satanás, a sus ángeles caídos, y a todos aquellos que lo sigan en su rebelión (Mateo 25:41 Apocalipsis 21:8). Además, una completa información respecto a Jesús y su gobierno y a Satanás y su dictadura diabólica, será presentada ante todos los habitantes de la tierra. Así cada uno podrá tomar una decisión bien informada e inteligente al escoger servir a Cristo o a Satanás (Mateo 24:14 Apocalipsis 14:6,7).
El caso de cada persona será examinado en la corte celestial (Romanos 14:10-12), allí Dios honrará la decisión de cada individuo de servir a Cristo o a Satanás (Apocalipsis 22:11,12). Finalmente, después de erradicar el pecado, el plan de Dios es crear un nuevo cielo y una nueva tierra (2 Pedro 3:13 Isaías 65:17), donde el pecado nunca más se levantará (Nahum 1:9), donde vivirá su pueblo por toda la eternidad (Apocalipsis 21:1-5). El Padre y el Hijo entonces morarán con su pueblo en perfecto gozo y armonía para siempre.
Todo eso está incluido en el proceso de expiación. Dios nos lo ha informado en su Palabra y lo demostró en los servicios del Santuario del Antiguo Testamento, especialmente en el del Día de la Expiación. Jesús es la clave de la expiación. Su amante sacrificio por nosotros en el Calvario lo hace todo posible. La eliminación del pecado de nuestras vidas y del universo es posible únicamente por medio de él (Hechos 4:12). Por eso es que el triple mensaje final del cielo, dirigido al mundo, llama a toda criatura a adorarlo (Apocalipsis 16:6,7).

¿Por qué algunos intérpretes bíblicos separan la ultima semana (o siete años) de los 490 años designados a la nación judía y lo aplican a la obra del anticristo, al final de la historia del mundo?

Respuesta:   Esta es una buena pregunta”¿Por qué alguien eliminaría los últimos siete años asignados a la nación judía para aplicarlos al final de la historia de este mundo?” Repasemos los hechos:
A. No hay ninguna defensa o evidencia para hacer una brecha en ningún lugar de los 490 años proféticos. Es un período continuo, así como lo fueron los 70 años de exilio del pueblo de Dios mencionados en Daniel 9:2.
B. En las Escrituras un número específico de unidades (días, semanas, meses, años) que se aplica a un período de tiempo, significa únicamente un conjunto continuo o consecutivo de unidades. La falla está en aquellos que declaran que cualquier período de tiempo profético debe de ser extraído y después calculado.
C. El año 27 d.C. (el año del bautismo de Jesús) fue la fecha de inicio para los últimos siete años de la profecía que Jesús subrayó al empezar a predicar inmediatamente después de su bautismo, “El tiempo es cumplido” (Marcos 1:15).
D. Al momento de Su muerte en la cruz en el otoño del año 31 d.C, Jesús clamó, “Consumado es” (Juan 19:30). El Salvador claramente se refiere a las predicciones de Su muerte hechas en Daniel capítulo 9:
1. El Mesías sería “cortado” al ser crucificado (versículo 26).
2. “Causaría que los sacrificios y las ofrendas cesaran” al morir por todos como el verdadero Cordero de Dios (versículo 27 1 Corintios 5:7 15:3).
3. Haría “reconciliación por la iniquidad” (versículo 24).
No hay autoridad bíblica o evidencia para separar la última semana, o siete años, de los 490 años determinados para la nación judía y para aplicarlos a la labor del anticristo al final de la historia de este mundo. Es un hecho violento separar los últimos siete años de los 490 años proféticos, porque distorsiona el verdadero significado de muchas profecías de los libros de Daniel y Apocalipsis. De hacerse esto, la gente simplemente no las podría comprender correctamente. Por esta cause es que Dios prohíbe realizar una interpretación independiente de las profecías, como esta teoría de la brecha de siete años. Estas interpretaciones siempre han de conducir a la gente por sendas equivocadas.

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